El otrora diputado PPD que inició su vida política en el Partido Radical está entusiasmado con su nueva aventura: Convertir en partido político el movimiento Chile Primero que fundó junto al senador Fernando Flores y el diputado Esteban Valenzuela. Sueña con establecer en Chile la política 2.0, como si se tratara de una nueva versión de Windows.
Jorge Schaulsohn alega porque alguien le ocupó su estacionamiento, y su rostro de malestar choca con su imagen. Vestido con ropa informal en tono café claro y calzado con un par de chalas parece relajado, pero eso no le impide preguntar cuánto tiempo se necesita para la entrevista. Explica que le interesa dedicarse a la política y a su estudio de abogado a la vez, y que para eso necesita organizarse.
Aunque prevé parte de las preguntas, con algunas tiene que improvisar el libreto aprendido, pero todo le fluye con naturalidad, como corresponde a alguien que está convencido de que salir expulsado del PPD será para mejor, sobre todo ahora que, en su calidad de secretario general de Chile Primero, está dedicado a recorrer el país para invitar a 35 mil chilenos a militar en el primer partido que se forma en democracia y repetir explicaciones similares a las que entrega en esta entrevista.
La política 2.0 “significa una plataforma desde la cual los ciudadanos pueden participar en la vida pública del país. No lo vemos como una institución que se transforma en algo más importante que sus integrantes. No vamos a tener Tribunal Supremo, entonces nunca vamos a expulsar a nadie; no vamos a tener órdenes de partido; e incluso no tenemos ningún problema para que en Chile Primero participe gente que milite en otros partidos políticos. A nadie le estamos exigiendo la renuncia, salvo los que firman la ficha.
“Tampoco vamos a tener una estructura directiva que se va a reunir para tomar decisiones, por ejemplo como nominar los candidatos a alcaldes y concejales en todo el país. Cada Chile Primero a nivel local va a tomar esas decisiones y resoluciones. Vamos a copiar un poco el sistema americano de primarias, que son completamente abiertas, en el que en las primarias demócratas votan los inscritos en el partido republicano y los independientes”
Esta organización horizontal que sirve como lugar de encuentro de ciudadanos que ejercen su derecho a trabajar, ¿no se parece un poco a lo que está haciendo Cristina Bitar con los Independientes en Red?
Tenemos muchas coincidencias con Cristina, salvo que ellos no tienen vocación de participar en un proceso electoral y nosotros sí creemos que es indispensable para influir en las decisiones que son importantes para el país. Ellos son más bien una red de profesionales que se dedican a trabajar en el ámbito de las ideas. Nosotros queremos hacer las dos cosas. Queremos tener concejales, alcaldes, parlamentarios y naturalmente vamos a concursar en la primera vuelta presidencial.
APOYO PARA CONCERTACIONISTAS Y ALIANCISTAS
¿Van a llevar candidatos en todas las comunas para las municipales?
Vamos a llevar candidatos a concejales en las cien comunas donde se concentra la mayor cantidad de electores, sin perjuicio de que, como nos está sucediendo, hay muchas otras comunas en que líderes locales nos han contactado porque les interesaría ser candidatos de Chile Primero, incluso personas que están ejerciendo cargos de concejal y alcalde y que hoy día pertenecen a otros partidos, algunos serán de la Concertación, otros de la Alianza por Chile.
¿Cuántos alcaldes de la Alianza van a apoyar?
Más de diez.
¿Pero eso no abre un espacio para los picados que no van a ir como candidatos en sus partidos?
Posiblemente. Tenemos consciencia de que eso puede suceder, pero para nosotros lo más importante es la calidad de la persona. Si está picado, es un problema de él con su partido, lo que nos interesa es si es una persona honrada, si es un líder local con respaldo, que si ha desempeñado algún cargo lo ha hecho bien. Tanto es así que donde no llevemos candidatos vamos a apoyar gente independientemente de su color político. Si hay un concejal del Juntos Podemos que se ha destacado, no tenemos ni un problema en apoyarlo, si es de Renovación tampoco, si es PPD, demócrata cristiano o socialista.
¿Aunque vayan como candidatos de sus partidos?
Por supuesto. De hecho puedo decir desde ya que nuestro candidato a alcalde por San Joaquín es Sergio Echeverría, que es del PPD, y como él va a haber otros. Y hay partes en que no descartamos proponer una candidatura en conjunta con otras fuerzas políticas porque se trata de personas probas, sobre todo en comunas que han pasado por situaciones traumáticas porque sus alcaldes han sido destituidos por corrupción. Pongo el ejemplo de Coquimbo.
¿Qué casos de candidatos de la Alianza?
No vamos a entrar en nombres por ahora, porque es prematuro. Lo que sí puedo garantizar es que va a haber bastantes, y bastantes concertacionistas.
Schaulsohn explica también que Chile Primero no va a llevar candidatos a parlamentarios en todos los distritos ni en todas las circunscripciones. Por lo pronto, confirma que Fernando Flores no está interesado en volver al Senado y que él mismo no tiene resuelto dónde competirá, si es que lo hace, porque “no hemos conversado el rol de quienes estamos organizando Chile Primero”, pero anticipa que para las elecciones municipales “quedaríamos felices con obtener entre el 3 y el 5 por ciento” y para las siguientes presidenciales esperan “bastante más que eso”, apostando a atraer a todos los que quieran aportar al progreso nacional, sin fijarse en las militancias de cada uno.
¿Esa no era la idea original del PPD, con radicales, socialistas, marxistas?
Es verdad. Yo veo una similitud muy grande entre el espíritu con que se fundó el PPD y el espíritu con que estamos haciendo Chile Primero, lo cual me lleva a reflexionar sobre la necesidad de tomar todas las medidas para que Chile Primero no termine como el PPD. Lo básico es mantener una ética incorruptible y actuar siempre con transparencia y con lealtad a los principios, y evitar que Chile Primero se termine transformando en una agencia de empleo, como han devenido casi todos los partidos de la Concertación.
¿Están conscientes que con una votación como la que pretende Chile Primero podría convertirse en un “Cura de Catapilco” para la Concertación?
Yo lo pondría al revés: Podríamos convertirnos en una fuerza que tenga la capacidad de influir en quién va a ser el próximo Presidente o Presidenta de Chile.
Eso implica un proceso de negociación.
Pero una negociación en torno a principios. Lo que no queremos es que Chile tenga gobiernos mediocres. El próximo gobierno tiene que ser uno de los mejores, de los más capacitados, no de los más apitutados. No queremos un Estado cooptado por operadores políticos puestos por caudillos que entienden que su tarea es satisfacer las ambiciones políticas de su caudillo. Queremos gente honesta y un gobierno comprometido con las reformas que Chile necesita para alcanzar el desarrollo.
Si Sebastián Piñera firma un papel con ese compromiso, ¿lo apoyarían?
No vamos a resolver hoy día lo que vamos a hacer en dos años más, pero una cosa es clara: A diferencia de lo que ocurre con la Izquierda extraparlamentaria, nuestro apoyo no será un apoyo cautivo para ningún sector político.
¿Van a pedir compensaciones con ministerios, con gobernaciones…?
No nos interesa eso. Yo sé que es difícil en la lógica…
Lo pregunto por que la gente no lo cree.
Es una pregunta sumamente legítima. No estoy cuestionando la pregunta. Estoy tratando de fundamentar mi respuesta. También tengo conciencia que cuando decimos que no nos interesa, que no andamos detrás de puestos, eso genera escepticismo.
“NO HAY NINGÚN PARTIDO CON DOCTRINA”
¿Van a llevar candidato presidencial sí o sí?
Sí o sí.
¿Y ese candidato va a ser Fernando Flores?
A mi me encantaría que fuera Fernando. Es mi candidato.
¿No vetan ningún candidato de la Alianza o de la Concertación para un apoyo posterior?
No vetamos a nadie. La palabra veto no está en nuestro léxico.
En cuanto a la composición de quienes están firmando las fichas de militancia en Chile Primero, Schaulsohn está feliz de afirmar que más de la mitad son jóvenes. En cuanto a orientación política, precisa que “hay hartos pepedés, pero la mayoría viene del mundo independiente. En segundo lugar, dentro de los que declaran venir de la política, está gente de la Concertación y luego de la Alianza. Dentro de los independientes, hay de todo. Gente que ha votado por la Concertación, por la Alianza, por el Juntos Podemos. Uno de nuestros objetivos es motivar a la gente joven a que se inscriba en los registros electorales y que nos apoye en la inscripción del partido”.
Sin embargo, uno de los problemas con los que se han encontrado es que los militantes de otros partidos tienen que renunciar y esperar ocho meses antes de entrar a Chile Primero. Schaulsohn, en cambio, ya tiene cumplido el plazo porque fue expulsado del PPD casi hace un año.
“Me cambiaría de partido cada vez que sea necesario. Yo creo que los partidos políticos no son un fetiche, no son una religión”.
Pero a los que se cambian de partido les dicen tránsfugas, es un mote despectivo.
Probablemente, y las personas que se quedan toda la vida en un mismo partido, incluso cuando llega un punto en el cual no tienen nada en común , creo que tienen una existencia muy poco productiva. Los partidos para mí son instrumentos que tienen que estar al servicio de una causa más grande que uno mismo y que el propio partido. Una de las lecciones que aprendimos del desastre que fueron los partidos del socialismo real era esa concepción de que el partido era lo más importante.
¿No se estarán yendo al otro extremo?, porque ahora los partidos instrumentales son partidos sin doctrinas
Hoy día no hay ningún partido que tenga doctrina. ¿Cuál es la doctrina del Partido Socialista? La DC, por ejemplo, tuvo un Congreso Ideológico, ¿y qué paso con ese Congreso Ideológico? Fue, al final, una discusión en la que quedaron de manifiesto las enormes diferencias y el primer momento que hubo que aplicar uno de los acuerdos, en materia de educación, no se pudo hacer. Entonces eso sólo sirve para generar un doble discurso. Hay un fenómeno sociológico. Las personas que están cerca de la vida activa de los partidos cuando esos partidos están en el Gobierno generalmente andan detrás de puestos, y los dirigentes hacen el discurso que los militantes quieren escuchar para escalar posiciones de poder dentro de los partidos, a sabiendas que ese discurso no tiene aplicación en la realidad. La opinión pública percibe eso con toda claridad. Si me pregunta si el grado de seriedad y respetabilidad de la Democracia Cristiana se incrementó con la realización de su Congreso Ideológico, yo creo que lamentablemente no porque más bien dejó al descubierto el abismo que existe entre los miembros de ese partido.
En cuanto a la orientación de Chile Primero, Jorge Schaulsohn rechaza optar entre los modelos de la Concertación y la Alianza. “Más que el modelo que se propone, ojala la Concertación tuviera un modelo y la Alianza otro: No estaríamos tan mal. El problema es que ninguna de las coaliciones principales tiene un perfil que la identifique”.
Lo que estamos proponiendo es redefinir la estrategia productiva del país. Si realmente queremos ser serios y tener salarios dignos, empleos de calidad y mejor remunerados, más cohesión social. Eso no lo vamos a lograr con una economía que depende de la exportación de materias primas sin elaborar. Chile tiene que entrar a la era digital. Tiene que producir bienes y servicios con valor agregado para exportar inteligencia”.
Los modelos que quiere seguir Chile Primero son Finlandia, Estonia, Macedonia o Australia, “pero eso requiere tomar decisiones que no son fáciles. Se requiere educación de calidad, por ejemplo. Acabamos de ver que hemos dado por resuelto el problema de la calidad de la educación por decreto”.
El secretario general de Chile Primero explica que se requiere un gobierno de unidad que permita designar a los mejores en los cargos públicos, con independencia de su color político. Tal como propone Joaquín Lavín. “Con Lavín estamos en la misma onda y en plena sintonía en cuanto a que Chile necesita un gobierno de unidad nacional, pero eso no es repartir pegas entre todos, se precisan objetivos comunes y que sean los mejores. Lo que hay es una pelea a muerte entre la Concertación y la Alianza por el poder. Ninguna coalición, ningún grupo de partidos, va a tener la fuerza necesaria para hacer las reformas por sí solo por presiones sindicales y empresariales, y Chile Primero busca ayudar a que el próximo Gobierno sea de unidad nacional reconociendo que hay cosas imprescindibles por hacer”.
CHILE PRIMERO: UN PARTIDO DE MARCIANOS
Haciendo un lugar común, el partido en formación Chile Primero no se identifica con la Concertación de Partidos por la Democracia ni con la Alianza por Chile, sino todo lo contrario y por eso la mejor definición de su sentido la aporta el coordinador nacional de la juventud Camilo Díaz, cuando explica que “somos marcianos, como dijo Fernando Flores alguna vez. No somos de Derecha, no somos de Izquierda: Somos marcianos. Nosotros no queremos ser ni blanco ni negro, queremos inventar algo nuevo. Llámennos soñadores, llámennos lo que sea, nosotros queremos inventar algo nuevo, así que no nos vamos a casar ni con la Izquierda ni con la Derecha, y esa es la invitación que tenemos, una invitación abierta”.
El dirigente juvenil aporta otra explicación más para el naciente partido: “Esto es como un vómito, porque la gente está decepcionada del quehacer político y esa es la gente que adhiere a Chile Primero”.
Su secretario general, Jorge Schaulsohn aclara las suspicacias respecto a que Chile Primero está al servicio de las ambiciones de Fernando Flores: “Hoy día somos todos soldados. Este no es el partido de nadie”, precisando luego que dentro de la concepción de la política 2.0 que los anima “no vamos a ejercer nuestros cargos formales. Fernando Flores y yo tenemos cargos, pero son de papel. Chile primero es totalmente horizontal, somos todos iguales”.
Schaulsohn reconoce también que el discurso con el que Chile Primero está atrayendo a sus futuros militantes genera escepticismo. “Eso es parte de las cosas con las cuales tenemos que lidiar, porque la política en Chile está muy desprestigiada”.
Llevan una semana de los siete meses que les concede el Servicio Electoral para reunir las 35 mil firmas que requieren para constituirse oficialmente como partido y tienen un ánimo optimista, basado sobre todo en la existencia previa de un registro con 14 mil adherentes que están siendo contactados para ratificar su voluntad de militar y comprobar que cumplen con los requisitos: Estar inscritos en los registros electorales y no encontrarse afiliados a otro partido ya existente.
Llegar a la sede central es sorprendente, porque al subir al último piso de un edificio en Moneda con San Antonio se encuentra una oficina de sólo dos ambientes y un baño en el que el mobiliario no existe pero ocupa un lugar central una mesa alargada con dos computadores, más una pizarra y dos papelógrafos con los nombres de los responsables en cada región.
Schaulsohn confiesa que a una semana de iniciarse el trabajo de recolección de firmas ha habido una “recepción sorprendentemente buena. Yo era una de las personas que, viendo la política desde un partido tradicional como el PPD y observando que la gente que pulula alrededor de los partidos tradicionales es básicamente la misma que está dando vueltas hace quince años, creí que había un gran desinterés de los ciudadanos por los asuntos políticos”
Agrega que el interés de los eventuales miembros de la naciente colectividad se genera “abrumadoramente en gente joven, que no tiene militancia política, que ha ejercido su derecho a votar en general. Pero lo más interesante es que la gente es muy receptiva a la noción de Chile Primero de demoler las fronteras ideológicas tradicionales. Estamos auténticamente construyendo un partido donde van a convivir aliancistas y concertacionistas con independientes”.
La fuerte incidencia de los jóvenes se traduce en un mayor dinamismo de la organización, pero aporta también otra mirada sobre aspectos que marcan a los partidos tradicionales. Camilo Díaz: “Queremos borrar las banderas que nos dividieron en el pasado. Sin duda tenemos que recordar lo que sucedió, tenemos que recordar los terribles atropellos a los derechos humanos que ocurrieron en la dictadura pero tenemos que mirar al futuro, tenemos que saber que nuestra generación, la generación 2.0, es la generación de la verdadera reconciliación”.
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