Politica e Ideas

My Photo
Name:
Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Sunday, December 26, 2010

OTRA COSA ES SIN GUITARRA


Se acaba el año y es obligatorio hacer balances de lo ocurrido durante el 2010 que se va. Cuando se hace un análisis político, lo obvio es centrarse en la labor del Gobierno, pero ya no es necesario recordar que Sebastián Piñera concluye diciembre con un balance positivo, considerando que debió enfrentar terremoto, maremoto, mineros, conflictos sociales y, sobre todo, las expectativas de vastos sectores de la parte de la sociedad que se interesa en la política, que supusieron que realizaría una gestión absolutamente derechista, entendiendo por tal la privatización masiva de los recursos públicos, favorecer descaradamente a los empresarios y limitar las ya limitadas prerrogativas de los trabajadores. Algo de eso se ha insinuado en los últimas semanas y sin embargo Piñera y los partidos que lo respaldan mantienen un apoyo ciudadano, según las encuestas, mayor de los que favorecen a la Concertación.

Considerando que el triunfo electoral de Piñera se debe más al rechazo a la Concertación que al apoyo ciudadano, sin perjuicio de que, luego de ser electo, el Presidente ha optado por mantener muchas de las políticas concertacionistas, tratando de mantener lo bueno y enrostrarle a los gobernantes anteriores los errores y vicios, es más interesante como ejercicio analizar cómo lo han hecho quienes pasaron a ocupar el lugar de la oposición.

En este sentido, parece más relevante la forma en que actúe la oposición actual para poder determinar si podrá volver al poder, y para poder evaluar eso es evidente que hay dos factores mínimos a medir: Por un lado, la capacidad de renovación de sus liderazgos y por el otro la capacidad que pueda demostrar de haber comprendido el sentido de su derrota electoral y hacer las adecuaciones que demanda la ciudadanía. En ninguna de estas dos materias el 2010 parece ser un año positivo para la Concertación, ya que se sigue discutiendo su política de alianzas electorales, como si bastara con sumar más partidos o movimientos para recuperar la confianza de los votantes y además no ha logrado concretar pasos reales en esa dirección.

En cuando a su conducta cotidiana, se ha dejado ver con claridad que la Concertación, o al menos parte de sus representantes, ha sentido el alivio de no cargar con la responsabilidad de ejercer el gobierno y han retomado un discurso de defensa de ciertas materias que la propia Concertación descuidó cuando estaba en La Moneda.

Durante el año que termina, los dirigentes concertacionistas se han acordado de los mapuches, de las desigualdades sociales, de los derechos laborales, y cuando se les cuestiona que se trata de asuntos en los que no se avanzó todo lo que ahora prometen la respuesta es siempre la misma: Ahora sí que nuestro compromiso es resuelto, como si no tener la guitarra que pone la música del gobierno marcara una diferencia significativa respecto al tiempo en que la Concertación sí tenía la guitarra y ponía la música.

Labels: , , ,

Sunday, December 19, 2010

CUIDAR LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA


A raíz de las últimas encuestas que confirman la baja confiabilidad de la gente en los partidos políticos, algunos analistas se han apresurado en señalar la necesidad de proteger esta institución, argumentando que los partidos son indispensables para el funcionamiento de la democracia.

El razonamiento es en parte correcto, pero no por completo, porque supone que sólo los partidos políticos pueden encauzar las corrientes de opinión existentes en una sociedad y eso es coherente con una visión decimonónica de la política y se contradice a la vez con la realidad del siglo XXI. Las personas necesitan ser representadas en un sistema democrático, pero la responsabilidad que tienen los partidos sobre la materia no es exclusiva ni excluyente.

La desafección de la gente hacia los partidos se explica por la percepción de corrupción y de ineficacia de estos organismos, pero también porque la misma gente ya no tiene visiones monolíticas respecto a la forma de resolver los problemas que se presentan. Aunque se pueda culpar de este fenómeno al liberalismo y al individualismo, lo cierto es que más influencia tienen los medios de comunicación virtuales, en los que cada individuo tiene la posibilidad -el derecho y el deber- de generar contenidos, opiniones y noticias.

De esta manera, se facilita que sea la propia gente la que cree sus propios espacios de participación, en torno a asuntos muy determinados, y eso lo puede hacer con mayor confianza para el público, mayor rapidez y eficiencia. Hay asuntos que las propias personas resuelven mientras los partidos todavía están pensando en crear comisiones para decidir cómo se definen respecto a estos temas y, si los consideran importantes, recién comenzar a realizar gestiones.

Por otra parte, con un nivel de confianza en los partidos del 15 por ciento y del 28 por ciento en el Parlamento, es bien poco lo que queda por rescatar, al menos sin realizar transformaciones que ayuden a estas instituciones a sintonizarse con el sentir ciudadano. Lo realista es reconocer esta situación y actuar en consecuencia.

Frente a ello, la idea de proteger a los partidos políticos, dictando leyes que los ayuden a una reactualización que no saben hacer por sí mismos porque no logran diagnosticar sus propias falencias, resulta inútil. Más absurdo aún si se piensa que la solución será una suerte de bendición derramada desde lo más alto del poder político y no desde la base social, que es la que necesita sentirse representada.

Para cuidar la democracia, lo primero es proteger a quienes participan en ella, los que le dan sentido y vida. Desde ese punto de vista, los partidos son poco más que correas de transmisión del motor.

Labels: , , ,

Sunday, December 12, 2010

LA INCULTURA COMO OBSTÁCULO PARA EL DESARROLLO


Nadie cuestiona que el afán mayormente compartido por los chilenos en estos últimos años ha estado en el crecimiento del país, acompañado de la creencia de que ese desarrollo permitirá mejores condiciones de vida para cada una de las personas que integran la sociedad.

Como parte de este propósito, se asume que cada cual debe aportar a forma parte de cada engranaje de una gran maquinaria, sin hacer más distinciones respecto a la contribución que cada uno pueda hacer al engrandecimiento del país ni cuestionando que este engrandecimiento se mida de manera exclusiva con las estadísticas económicas, y solo cuando ocurre algún hecho imprevisto que desvía la atención de esta senda impuesta y aceptada de modo casi inconsciente es posible darse cuenta que la ruta trazada puede no ser la única ni la mejor.

Algo de ello ocurrió con el terremoto, luego con los 33 mineros atrapados en una mina y en estos días con las personas presas que murieron calcinadas en la Cárcel de San Miguel. Con cada una de estas desgracias es inevitable pensar que las condiciones de vida no son igualmente justas para todas las personas e incluso se llega a considerar la posibilidad de que no sea la riqueza -o el consumo directamente- los que proporcional la felicidad.

Si cada uno de estos hechos permitiera a los chilenos replantearse sus objetivos en la vida se podría decir que estamos avanzando en el proceso de maduración como sociedad. Pero ya estamos viendo que no se mejoran los sistemas de respuesta frente a los cataclismos de la naturaleza ni se presta una asistencia debida a las víctimas o que persisten en las mismas condiciones numerosos trabajos u oficios cuya rentabilidad se basa parcialmente en la vulneración de los derechos de las personas. Es cosa de días para ver que el hacinamiento de las cárceles seguirá siendo el mismo. O, lo que es lo mismo, que los chilenos somos el perfecto ejemplo del refrán que señala que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

El problema de fondo de esta incapacidad de aprender de los golpes es que ello constituye una de las principales limitaciones para desarrollar en plenitud nuestra capacidad de progreso. Mientras sigamos soñando con incorporarnos al mundo desarrollado con una mentalidad de nación tercermundista será poco lo que podamos avanzar en realidad. Los indicadores económicos podrán decir que somos más grandes como país, pero la calidad de vida, la igualdad, el acceso a los bienes básicos, la desprotección frente a la naturaleza y frente a nosotros mismos seguirá retratándonos como un país intrínsecamente subdesarrollado. Tan retrasado que seguimos tirando papeles a la calle, continuamos abandonando a nuestros ancianos y niños y preferimos ponerle el pie encima al prójimo que construir una comunidad de personas dignas y conscientes de sus derechos y obligaciones. Y seguiremos contentándonos con que estamos mejor que algunas naciones vecinas en lugar de pensar que tenemos la capacidad para estar más satisfechos de nuestras vidas

Labels: , , ,

Sunday, December 05, 2010

EL COLOR DEL CRISTAL Y LOS OJOS QUE MIRAN


Es bien sabido que las cosas varían de acuerdo al color del cristal con el que se las mira, pero se presta menos atención al hecho de que, además del cristal que hace de filtro, la opinión sobre las cosas se modifica según la mirada que se ponga sobre ellas. Y como es imposible que cada persona pueda ver por sus propios ojos lo que sucede aun en su propia sociedad, es inevitable que dependa de los medios de comunicación para poder mirar.

Los medios de comunicación son, como lo dice su nombre, una herramienta para comunicar a la gente con su entorno, son un nexo pero al mismo tiempo carecen de neutralidad ya desde el momento en que hacen una selección de las informaciones disponibles para entregar; son intermediarios y al realizar esa labor de intermediación se interponen entre el observador y lo observado.

Esta situación que no es de responsabilidad de cada medio sino consecuencia directa de su pura existencia no es solamente asimilable al color del cristal con el que se mira, sino que trasciende esa condición para ser directamente los ojos que miran, desde el lugar de la mente de cada una de las personas que compone el público. Por eso es que no es vano conocer qué hay detrás de cada medio de comunicación y educar a la opinión pública para que, al momento de exponerse a los contenidos que se le ofrecen, sepa restar el filtro propio del medio de su propia capacidad de discernimiento y logre un mayor acercamiento a la realidad.

Un ejemplo: Mi hija de siete años me declaró que estaba agotada de las campañas publicitarias de la Teletón. Por el solo afán de comparar mi experiencia personal con la suya, descubrí que la Teletón se ha realizado en 22 oportunidades a lo largo de 32 años, y que en 1985 incluso se habló de que sería la última porque no se requerirían más fondos.

No es de buen gusto criticar esta iniciativa, pero no deja de llamar la atención la cantidad de espacio que se le destina a esta campaña en contraposición a la escasa cobertura que se da, por ejemplo, a lo que está ocurriendo en Isla de Pascua. Hay que recordar que los mapuches presos tuvieron que extender su huelga de hambre por más de dos meses porque al término del primer mes de su protesta no se había escrito ni una sola palabra sobre su situación.

Los damnificados del terremoto o las víctimas de la inescrupulosidad de algunas empresas constructoras también se ven obligados a salir a la calle para que recién se les escuche, que es apenas el primer paso para lograr soluciones a sus problemas. La señal entonces es que hay que arrojarle la realidad a los ojos de los medios de comunicación para que el público se entere de lo que pasa, lo que siempre es un riesgo para la estabilidad política y social.

Labels: , , ,