Hacerse necesario
Los
mismos que lo lloran pueden ignorar que vivió el exilio y que fue militante del
PPD porque, al final, ese no fue su legado sino su obra de su último año,
cuando, como producto del cáncer que lo afectaba, decidió aprovechar su fama en
una buena causa y convocó a la llamada marcha de los enfermos para exigir al
Estado la ayuda económica para las personas que no pueden comprar los remedios
que demandan ciertas enfermedades.
Bien
por Ricarte Soto. Supo distinguir lo
principal de lo accesorio, no se mareó con las luces de la televisión ni la
fama y apostó a la contribución a la sociedad de la que era parte. Así fue también su participación en la
pantalla chica: Frontal, sincero, sin las dobles tintas que caracterizan a tantas
personas que gozan de la fama televisiva, y así fue su campaña por obtener el
respaldo financiero para la adquisición de los fármacos que muchos no pueden
adquirir.
Es
evidente que el sistema de salud privado no protege a las personas que no
tienen acceso a ciertas medicinas indispensables para la vida y que el Estado,
teniendo la obligación, no siempre cumple con su deber o lo hace con tal
lentitud que no sirve de nada. Era
necesario que alguien lo dijera y presionara para la presentación de un proyecto
de ley en esta dirección, pero cuando la gente tiende a quejarse sin hacer lo
que considera necesario un ejemplo como el que dio Soto es profundamente
agradecido.
Cuando
las personas llegan al final de su vida, muchos pueden encontrarse con que no
han dejado mucho que les signifique ser recordados. Algunos logran trascender su paso material
por el mundo y son ellos los que hacen que las sociedades progresen. No hay muerto malo -se suele decir- pero la
verdad es que algunos hombres y mujeres demuestran ser mejores que otros. No por sí mismos, sino por sus obras.
Lo
de Ricarte Soto es una lucha que no ha terminado. Cada uno debe entender cuáles son las peleas
que tiene que dar y el ejemplo de este periodista es un camino posible a
seguir. No es el único pero es una clara
señal respecto a no dejarse derrumbar por las circunstancias de la vida y es,
por sobre todas las cosas, una pauta para entender que la figuración pública
está acompañada de una responsabilidad social.
Eso sí que es necesario. Mucho más
que las luces y la hoguera de las vanidades en que suele convertirse la
televisión.
1 Comments:
Ricarte supo poner el espacio de la farándula al servicio de una causa social. Esperemos que su lucha se concrete en una ley que cree el fondo nacional de medicamentos. El ministro dio su "palabra de honor" ayer en el funeral, sin embargo el diputado Juan Luis Castro ya advirtió que no hay nada concreto al respecto. Me llamó la atención que la carta que Mañalich le iba a entregar en una cita que según dice se iba a realizar al mediodía del mismo día que murió Ricarte, tiene la fecha escrita a mano y con plumón azul. ¡Curioso, por decir lo menos! Ninguna carta oficial, de ningún estamento de gobierno, sale escrita a mano ni mucho menos con plumón de ningún color....Ojalá el gobierno no haya hecho de esto solo un tema comunicacional.
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