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Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Sunday, July 28, 2013

La centrífuga

   
Ya está dicho en muchas ocasiones que el sistema electoral binominal chileno -y como consecuencia todo el sistema político y de partidos- impone la polarización de la sociedad, creando una realidad en blanco y negro sin matices intermedios en que los partidos no son competidores sino prácticamente enemigos mortales.

   Es el efecto de la centrífuga, que fuerza a las corrientes políticas a alinearse en dos únicos bloques, y como el binominal afecta la posibilidad que sobrevivan los partidos de Centro, que hacían antes de fiel de la balanza con el sistema proporcional, el efecto es que este alineamiento se realiza en posiciones contrapuestas y cada vez más extremas.

   En estos días hemos visto un ejemplo claro de este fenómeno con la rendición de Renovación Nacional a la imposición por parte de la Unión Demócrata Independiente de la candidatura presidencial en la Alianza.

   En la Concertación –ahora Nueva Mayoría- ha sucedido lo mismo en perjuicio de la Democracia Cristiana.   Después de dos períodos presidenciales dirigidos por la DC en aras de la gobernabilidad y de asegurar la transición de la dictadura a la democracia, se sucedieron dos presidentes socialistas, y ahora todo parece indicar que vendrá un tercer mandato para una figura socialista y, lo que es más indicativo de la polarización de las fuerzas políticas, la Democracia Cristiana no parece tener el peso necesario para colocar un candidato presidencial y tuvo que afrontar la humillación de que su representante saliera tercero en las primarias, detrás de un candidato como Andrés Velasco que no tenía un partido detrás.

   ¿Qué se hace en estos casos?  ¿Hasta dónde puede llegar el efecto de la centrífuga?  Hay un dato que nadie ha mencionado.  Siempre se considera a un gobierno exitoso como aquel capaz de entregar el poder a un sucesor de la misma línea.  El caso es que el Presidente Piñera (RN) ha sido el primero en proclamar como candidata a Evelyn Matthei (UDI).  Se puede argumentar que ambos pertenecen a la misma coalición, pero no se puede desconocer que estos dos partidos tienen diferencias profundas y una convivencia cada vez más ardua, por lo que se podría cuestionar que el Presidente le pase el testimonio a alguien de su misma línea.  Hay que recordar incluso que ambos tuvieron una confrontación hace años con acusaciones que terminaron en los tribunales e involucraron al Ejército en una maniobra de espionaje.  Se podrán haber reconciliado, pero es evidente que no son lo mismo.

   La imposición de la candidatura de la UDI se ha hecho de una manera que augura que estas dificultades irán en aumento, así como lo fue el predominio del mismo partido en la actual administración en desmedro de Renovación Nacional, el partido del propio Presidente.

Sunday, July 21, 2013

Ser persona

   
Esta semana murió Fernando Castillo Velasco -político, académico, arquitecto, pero sobre todo humanista- y Pablo Longueira decidió renunciar a la carrera presidencial argumentando un estado de depresión considerable, concitando reacciones de solidaridad que se justificaban en el valor de la persona por sobre la política: Humanismo, de nuevo.

   Es curioso que el humanismo se ponga de pronto en el primer lugar de la contingencia, como si pudiera ser una moda que se lleva y se trae según los acontecimientos, pero hay que tener atención porque hay humanismos verdaderos y humanismos artificiales, de publicistas, orientados al marketing.

   No se puede poner en duda que, al momento de hacer balances en el plano individual, muchos diremos que la persona está primero, que los seres humanos están sobre las cosas, que se vale por lo que se es y no por lo que se tiene, pero sería interesante saber cuántos están dispuestos a prescindir de las comodidades materiales, cuántos estarían dispuestos a perdonar al amigo, al jefe o al empleado porque está con depresión, cuántos saben cómo se llama el vecino, qué le preocupa, qué hace y siente.

   Eso es lo que intentó Fernando Castillo Velasco: Hacer comunidad.  Se podrá decir que el comunitarismo, casi como si se le pudiera meter en la misma categoría del hipismo, está pasado de moda, pero sigue siendo necesario porque las personas no somos individuos aislados ni simples unidades de producción, sino que somos parte de una sociedad.  Cuando la gente se queja de la violencia, que su trabajo no es satisfactorio, que sus relaciones no le resultan plenas, son todas consecuencias de una sociedad que no opera en forma equitativa ni humana.

   El ejercicio de todas las actividades sociales se simplifica cuando se asume la máxima bíblica que comparten todas las religiones: No hacerle al otro lo que no se quiere que le hagan a uno.  Tratar al otro como a uno mismo.  Verse en el otro.

   Todas las relaciones se facilitan cuando se las carga con un sentido humano, y entendiendo que humanitarismo no es caridad sino poner a la persona en el centro.


   Desearle una buena recuperación a Longueira es un buen síntoma de que seguimos siendo una sociedad con una dosis de humanismo; llorar la muerte de Castillo Velasco es una señal aún mejor.  Lamentablemente, otras señales hablan de materialismo, superficialidad, individualismo, arribismo y, sobre todo, del acendrado espíritu nacional por criticar al otro para reafirmar las posiciones propias.

Sunday, July 14, 2013

Demasiado poco, demasiado tarde

   
La expresión del título -traducida del refrán del inglés too little, too late- refleja con exactitud lo ocurrido con las dos reformas constitucionales anunciadas los días pasados, una de RN con parte de la Nueva Mayoría (porque no suscriben radicales ni comunistas) y la otra del Gobierno con el apoyo de la UDI, para reformar el sistema electoral binominal.

   Es poco porque ninguna de las dos propuestas es en realidad una eliminación del binominal, como se viene pidiendo hace años, sino que simplemente aumentan los parlamentarios electos por distritos y circunscripciones, dejando en algunos casos que siga funcionando el binominal sin ninguna razón y porque al menos en la oferta del Gobierno se mantiene el número par de electos, con lo que se sigue favoreciendo un empate entre las dos principales fuerzas políticas del país (todos sabemos quiénes serán los beneficiados), mientras que en el proyecto de RN con parte de la Nueva Mayoría ni siquiera se explicita cuántos parlamentarios se elegirán en cada lugar,

   Es tardía también porque ambas propuestas requieren reformas legales adicionales, suponiendo que se aprueba la reforma constitucional, y a este Gobierno y a este Parlamento le quedan ocho meses, de los cuales una parte se consumirá en las elecciones de noviembre y las vacaciones de febrero.

   Ambas proposiciones son insuficientes además porque, y así lo han declarado los autores, se trata de evitar la necesidad de seguir impulsando una Asamblea Constituyente o al menos una reforma constitucional más amplia.  Por eso, radicales y comunistas no participan de estas iniciativas.

   Y son limitadas precisamente por lo anterior, porque no se abarcan las demás reformas necesarias -quórum para las modificaciones legales, rol del Tribunal Constitucional, nacionalización del agua y de los minerales-, con las que se podrá coincidir o no pero que, cada vez presionan más por ser al menos discutidas.


   Un efecto adicional es que la dirección de las reformas para modificar muy parcialmente el sistema electoral binominal es que se busca proteger a los partidos políticos, tanto a la institución y a las colectividades actualmente existentes.   En vez de asumirse la crisis de la democracia representativa y buscar soluciones globales, se prefiere la estrategia del parche, con la esperanza de detener el sangrado que se ha venido produciendo desde que la ciudadanía se dio cuenta que son muchos los que no se sienten representados por los partidos y, más que eso, que la soberanía popular ha sido secuestrada por estos.  Así las cosas, y aun si alguna de estas reformas se aprueba, la presión por cambios verdaderamente profundos continuará manifestándose en el próximo Gobierno.

Sunday, July 07, 2013

Ser liberal

   
Fuera de las conclusiones obvias después de las elecciones primarias del fin de semana pasado, aparece como una derivación curiosa el aparente surgimiento de una corriente liberal en el país, como resultado de los casi 280 mil votos obtenidos por el candidato independiente Andrés Velasco dentro de la competencia de la Concertación.

   No se trata tanto de la cantidad de votos -no podría serlo- sino del hecho que Velasco haya superado al candidato de la Democracia Cristiana, partido que tradicionalmente ha sido eje de la Concertación, pero que ha venido experimentando un deterioro electoral que lleva a preguntarse si el segundo puesto de Velasco es mérito de este o responsabilidad de la DC.

   En cualquier caso, en política el primero es el vencedor y los siguientes grupos tienen relevancia solamente en la medida que tengan el peso necesario para definir los resultados de las elecciones, y una característica de la actual Concertación es que enfrenta los comicios de noviembre con varios grupos que debe conquistar para superar la vara de la mayoría absoluta.   Si falla uno de ellos, el resultado se les hace cuesta arriba, lo que no significa de ningún modo que sus adversarios lo tengan más fácil.

   Lo novedoso es que, a partir de las primarias, aparezcan los liberales como grupo supuestamente importante, siendo que el único partido que lleva el nombre de Liberal no participó en esta elección, por lo que está por verse quién se queda con la marca y cuánto vale realmente, en especial luego que Velasco diera libertad de acción a sus adherentes.

   En cualquier caso, es útil preguntarse qué significa ser liberal en estos tiempos.  Tradicionalmente, se considera que liberal es quien se centra en la libertad individual en todos los planos, incluyendo el económico, lo que vendría a significar que serían partidarios del mercado, lo que en el caso chileno implica que serían conservadores, o al menos alineados con la Derecha y no con la Concertación.

   Surge entonces la impresión que el mote de liberal se refiere principalmente a lo que se llama eufemísticamente los temas valóricos, es decir las situaciones propios del ámbito individual, personal e íntimo, porque en lo que se refiere a la economía y la política estos liberales no parecen distinguirse en mayor medida de lo que plantean Concertación y Alianza.


   La duda, entonces, es saber si tienen la capacidad de organizar a los distintos grupos que se reconocen en el liberalismo, si tendrán poder para influenciar y, especialmente, si adherirán a alguna de las grandes coaliciones o esperarán una próxima oportunidad desde las sombras.