EL FRACASO FEMENINO
Dentro de todas las polémicas por la votación de Adolfo Zaldívar por el Transantiago, la gestión de Luis Ajenjo al frente de Ferrocarriles, los problemas en el suministro del gas, los accidentes ambientales e incluso las informaciones faranduleras que copan las portadas, pasó inadvertido un dato contenido en una encuesta publicada el fin de semana y que apunta a un aspecto central de las promesas implícitas de la Presidenta Bachelet.
La encuesta da cuenta del fracaso del actual Gobierno en lo que se suponía sería su principal logro: Demostrar la capacidad de las mujeres para asumir tareas de Gobierno, imponiendo una nueva forma de liderazgo, más moderno y abierto a novedosos tipos de sensibilidad.
Sin embargo, si a poco más de un año de la gestión de la primera mujer Presidente de la República más de la mitad de los encuestados (56 por ciento) declara que en las próximas elecciones preferiría votar por un hombre y sólo el 23 por ciento señala que da lo mismo el sexo del candidato y una cifra aún menor del 14 por ciento declara que preferiría una mujer, la conclusión evidente es que la Presidenta Bachelet no ha logrado responder a las expectativas que se generaron con su elección.
Hay que recordar, además del incumplimiento hasta ahora de las medidas tendientes a lograr la efectiva igualdad de las mujeres, que cuando asumió Michelle Bachelet centenares de mujeres (o miles quizás) se pasearon orgullosas con las bandas presidenciales ofrecidas por los vendedores ambulantes, declarando que ahora sí ellas mandarían y soñando con un país distinto.
Nada de ello ha ocurrido hasta ahora, y aunque ha habido algunos avances en materia de legislación, ellos no reflejan los grandes cambios en la sociedad que, se suponía, se producirían por el liderazgo de un Primer Mandatario con faldas y son consecuencia incluso de iniciativas presentadas por el Gobierno anterior o por los propios parlamentarios, pero no ha habido propuestas nuevas y significativas en el ámbito de la promoción de las mujeres.
Es posible que Michelle Bachelet no haya sabido hacer los cambios que se esperaban, que se haya visto sobrepasada por las urgencias o simplemente que los hombres que copan los cargos políticos no se lo hayan permitido, pero el efecto concreto es que ahora más de la mitad de los chilenos preferiría a un Presidente hombre.
Lo que es más grave es que no se divisa en el horizonte ninguna iniciativa que responda a las expectativas que se formaron en su momento las mujeres, y eso significará lisa y llanamente que el primer Gobierno femenino no pasará a la historia.
La encuesta da cuenta del fracaso del actual Gobierno en lo que se suponía sería su principal logro: Demostrar la capacidad de las mujeres para asumir tareas de Gobierno, imponiendo una nueva forma de liderazgo, más moderno y abierto a novedosos tipos de sensibilidad.
Sin embargo, si a poco más de un año de la gestión de la primera mujer Presidente de la República más de la mitad de los encuestados (56 por ciento) declara que en las próximas elecciones preferiría votar por un hombre y sólo el 23 por ciento señala que da lo mismo el sexo del candidato y una cifra aún menor del 14 por ciento declara que preferiría una mujer, la conclusión evidente es que la Presidenta Bachelet no ha logrado responder a las expectativas que se generaron con su elección.
Hay que recordar, además del incumplimiento hasta ahora de las medidas tendientes a lograr la efectiva igualdad de las mujeres, que cuando asumió Michelle Bachelet centenares de mujeres (o miles quizás) se pasearon orgullosas con las bandas presidenciales ofrecidas por los vendedores ambulantes, declarando que ahora sí ellas mandarían y soñando con un país distinto.
Nada de ello ha ocurrido hasta ahora, y aunque ha habido algunos avances en materia de legislación, ellos no reflejan los grandes cambios en la sociedad que, se suponía, se producirían por el liderazgo de un Primer Mandatario con faldas y son consecuencia incluso de iniciativas presentadas por el Gobierno anterior o por los propios parlamentarios, pero no ha habido propuestas nuevas y significativas en el ámbito de la promoción de las mujeres.
Es posible que Michelle Bachelet no haya sabido hacer los cambios que se esperaban, que se haya visto sobrepasada por las urgencias o simplemente que los hombres que copan los cargos políticos no se lo hayan permitido, pero el efecto concreto es que ahora más de la mitad de los chilenos preferiría a un Presidente hombre.
Lo que es más grave es que no se divisa en el horizonte ninguna iniciativa que responda a las expectativas que se formaron en su momento las mujeres, y eso significará lisa y llanamente que el primer Gobierno femenino no pasará a la historia.