EL TRIUNFO DEL BIPARTIDISMO
La decisión de Chile Primero de optar por respaldar la candidatura presidencial de Sebastián Piñera es un grave retroceso desde el punto de todos los sectores interesados en avanzar hacia el término del sistema electoral binominal, ya que debilita las opciones alternativas a la Alianza y a la Concertación, aspecto que era precisamente el elemento más atractivo de la aventura impulsada por el senador Fernando Flores, tras salir del PPD.
Al mismo tiempo, esta decisión afecta indirectamente las posibilidades del Partido Regionalista de los Independientes, puesto que ambas colectividades, junto a los ecologistas y otros grupos menores formaban parte del pacto Por Un Chile Limpio, y el retiro de Chile Primero reduce la votación de esta alianza y, por ende, su capacidad de constituirse en una alternativa a los dos grandes bloques de la Alianza y la Concertación.
Así las cosas, el esquema bipartidista generado por el sistema electoral binominal demuestra una vez más su capacidad para erradicar cualquier atisbo de alternativas electorales, obligando a las personas nuevamente a votar en blanco y negro, repitiendo el esquema del plebiscito de 1988 ¡hace 21 años! para definirse por un “Sí” o un “No”, lo que implica que se termina apoyando la opción que genera menos rechazo y que, en términos de la institucionalidad política, nuevamente se pierde una oportunidad de avanzar. Aunque se pueda disentir de los principios de Chile Primero o tener sentimientos de antipatía hacia sus caras visibles, es innegable que el surgimiento de esta colectividad abrió la esperanza de remecer el opaco panorama partidista.
Será interesante ver si esta decisión de Chile Primero es seguida por sus bases, en donde ya se perciben algunas protestas por la determinación de parte de quienes pensaban que era posible constituirse en alternativa electoral. Hay que ver también si el PRI con la candidatura de Adolfo Zaldívar logra recoger algo del desencanto causado entre el electorado o si Piñera logrará tener la libertad respecto a la UDI y RN para fortalecer un discurso liberal que atraiga a los votantes de Chile Primero.
En todo caso, este hecho viene a destruir el esquema de incertidumbre surgido tras las pasadas elecciones municipales, en lo relativo al aparente nacimiento de alternativas al bipartidismo reinante. Dentro de la creatividad nacional, habría que ver también en el futuro si el esquema bipartidista imitado de sistemas electorales como el norteamericano o el británico se traducen también en que los actuales pactos terminen por convertirse en partidos, en los que las actuales colectividades queden reducidas a la condición de corrientes o sectores dentro de partidos más grandes.
Al mismo tiempo, esta decisión afecta indirectamente las posibilidades del Partido Regionalista de los Independientes, puesto que ambas colectividades, junto a los ecologistas y otros grupos menores formaban parte del pacto Por Un Chile Limpio, y el retiro de Chile Primero reduce la votación de esta alianza y, por ende, su capacidad de constituirse en una alternativa a los dos grandes bloques de la Alianza y la Concertación.
Así las cosas, el esquema bipartidista generado por el sistema electoral binominal demuestra una vez más su capacidad para erradicar cualquier atisbo de alternativas electorales, obligando a las personas nuevamente a votar en blanco y negro, repitiendo el esquema del plebiscito de 1988 ¡hace 21 años! para definirse por un “Sí” o un “No”, lo que implica que se termina apoyando la opción que genera menos rechazo y que, en términos de la institucionalidad política, nuevamente se pierde una oportunidad de avanzar. Aunque se pueda disentir de los principios de Chile Primero o tener sentimientos de antipatía hacia sus caras visibles, es innegable que el surgimiento de esta colectividad abrió la esperanza de remecer el opaco panorama partidista.
Será interesante ver si esta decisión de Chile Primero es seguida por sus bases, en donde ya se perciben algunas protestas por la determinación de parte de quienes pensaban que era posible constituirse en alternativa electoral. Hay que ver también si el PRI con la candidatura de Adolfo Zaldívar logra recoger algo del desencanto causado entre el electorado o si Piñera logrará tener la libertad respecto a la UDI y RN para fortalecer un discurso liberal que atraiga a los votantes de Chile Primero.
En todo caso, este hecho viene a destruir el esquema de incertidumbre surgido tras las pasadas elecciones municipales, en lo relativo al aparente nacimiento de alternativas al bipartidismo reinante. Dentro de la creatividad nacional, habría que ver también en el futuro si el esquema bipartidista imitado de sistemas electorales como el norteamericano o el británico se traducen también en que los actuales pactos terminen por convertirse en partidos, en los que las actuales colectividades queden reducidas a la condición de corrientes o sectores dentro de partidos más grandes.
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