My Photo
Name:
Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Sunday, July 14, 2013

Demasiado poco, demasiado tarde

   
La expresión del título -traducida del refrán del inglés too little, too late- refleja con exactitud lo ocurrido con las dos reformas constitucionales anunciadas los días pasados, una de RN con parte de la Nueva Mayoría (porque no suscriben radicales ni comunistas) y la otra del Gobierno con el apoyo de la UDI, para reformar el sistema electoral binominal.

   Es poco porque ninguna de las dos propuestas es en realidad una eliminación del binominal, como se viene pidiendo hace años, sino que simplemente aumentan los parlamentarios electos por distritos y circunscripciones, dejando en algunos casos que siga funcionando el binominal sin ninguna razón y porque al menos en la oferta del Gobierno se mantiene el número par de electos, con lo que se sigue favoreciendo un empate entre las dos principales fuerzas políticas del país (todos sabemos quiénes serán los beneficiados), mientras que en el proyecto de RN con parte de la Nueva Mayoría ni siquiera se explicita cuántos parlamentarios se elegirán en cada lugar,

   Es tardía también porque ambas propuestas requieren reformas legales adicionales, suponiendo que se aprueba la reforma constitucional, y a este Gobierno y a este Parlamento le quedan ocho meses, de los cuales una parte se consumirá en las elecciones de noviembre y las vacaciones de febrero.

   Ambas proposiciones son insuficientes además porque, y así lo han declarado los autores, se trata de evitar la necesidad de seguir impulsando una Asamblea Constituyente o al menos una reforma constitucional más amplia.  Por eso, radicales y comunistas no participan de estas iniciativas.

   Y son limitadas precisamente por lo anterior, porque no se abarcan las demás reformas necesarias -quórum para las modificaciones legales, rol del Tribunal Constitucional, nacionalización del agua y de los minerales-, con las que se podrá coincidir o no pero que, cada vez presionan más por ser al menos discutidas.


   Un efecto adicional es que la dirección de las reformas para modificar muy parcialmente el sistema electoral binominal es que se busca proteger a los partidos políticos, tanto a la institución y a las colectividades actualmente existentes.   En vez de asumirse la crisis de la democracia representativa y buscar soluciones globales, se prefiere la estrategia del parche, con la esperanza de detener el sangrado que se ha venido produciendo desde que la ciudadanía se dio cuenta que son muchos los que no se sienten representados por los partidos y, más que eso, que la soberanía popular ha sido secuestrada por estos.  Así las cosas, y aun si alguna de estas reformas se aprueba, la presión por cambios verdaderamente profundos continuará manifestándose en el próximo Gobierno.