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Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Sunday, November 20, 2011

Lo que se lleva el viento

Cuando la protagonista de “Lo que el Viento se Llevó”, Scarlet O’Hara parecía estar completamente devastada por las dificultades de su vida, lanza una frase que es importante recordar en estos tiempos: “Mañana será otro día”, y tiene razón porque en la vida hay cosas que son prescindibles, como toda la frivolidad que caracteriza la juventud del personaje, pero también hay asuntos importantes, como su búsqueda del amor y su responsabilidad con la propiedad familiar.

En la vida de los países también hay que distinguir entre lo superfluo y lo verdaderamente relevante. Hay momentos en los que el debate político, por ejemplo, es fácilmente clasificable como infructuoso, absurdo y estéril, y otros en los que, de verdad, se discuten temas que le importan a la gente.

Durante el 2011, en Chile y el mundo se produjo la impresión de que, tras muchos años sin un debate verdadero, finalmente se estaban poniendo sobre la mesa problemas reales de las sociedades, pero hasta ahora -hay que ser honestos- no se han logrado cambios verdaderos y quienes tenían la esperanza de protagonizar una suerte de revolución tendrán que admitir que esta no ha llegado.

En el caso de los estudiantes, por ejemplo, es evidente ya que las soluciones demandadas no se harán carne en el corto plazo y que, sin la participación de los dirigentes del movimiento, recién se iniciarán algunas modificaciones menores a partir del próximo año y sólo en cuanto al financiamiento, pero nada respecto de los cambios de fondo que se demandaban.

Ese es un ámbito en el que se tiene que comprender que los cambios no pueden ser inmediatos, pero respecto al cual también el conjunto de la sociedad tendrá que aceptar que el mejoramiento de la educación es un asunto imprescindible, por lo que no se puede suponer que la gente deje de presionar por los cambios y se conforme con adecuaciones menores.

En estos días también ha reflotado el asunto de los derechos humanos, a partir del anuncio de un homenaje al ex-brigadier del Ejército Miguel Krassnoff, condenado a más de cien años de prisión por violaciones a los derechos humanos, y nuevamente se confunde lo secundario con lo principal. Nadie puede cuestionar que la gente cuente con amigos que opinen distinto a los demás, así como que lo propio ocurra con los “héroes” de quienes se han escandalizado con el tributo, pero lo que resulta llamativo es que, a más de veinte años de terminada la dictadura, aún se siga pensando que lo ocurrido en esos años tiene justificación, por una y otra parte.

Así como una educación de calidad es importante porque permite el progreso material del país y la movilidad social, entender que los derechos de las personas no dependen del color político de cada cual, que son valores permanentes y no forman parte del juego partidista, es esencial para el progreso moral de las naciones. Las discusiones pasan, pero lo que resulta de ella es lo que queda, y por eso son urgentes liderazgos responsables y dotados de una visión de largo plazo.