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Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Friday, September 09, 2011

EL GABRIEL VALDÉS QUE YO CONOCÍ



Cuando una figura pública muere, es normal que su legado y su vida sean motivo del encomio de personas de todos los sectores, tanto partidarios como detractores. No hay muerto malo, se suele decir, pero a veces las exageraciones, tanto en la alabanza como en las omisiones, obligan a intervenir aprovechando, como en mi caso, el acceso a la posibilidad de difundir mi testimonio sobre el Gabriel Valdés que yo conocí.



Por razones de trabajo compartí con él por poco más de una década y, sin violar la confidencialidad correspondiente, puedo decir que estuve muchas veces a solas con él en la intimidad de su oficina, oportunidades en las que me decía que fulano de tal era un perfecto imbécil, aunque sin nunca utilizar garabatos, o que mengano era una persona valiosa y confiable, y tales juicios estaban siempre basados en el conocimiento de las personas y con prescindencia de las militancias partidistas.



Conocí también con el mismo nivel de confianza a sus amigos y a sus detractores. Debo decir que era frecuente el comentario de que la edad ya se le estaba notando, pero el mejor comentario que he escuchado en los últimos días y que refleja perfectamente la relación de Gabriel Valdés con sus pares es lo que dijo Sergio Bitar, en el sentido de que el Conde hacía política a la europea, mientras ahora impera en Chile el ejercicio de la política a la norteamericana.



Posiblemente por eso, lo suyo era la política de salón, lejos de la cuña, del asistencialismo o de las fanfarrias con globos y serpentinas de colores. Pero también tenía una fina sensibilidad para comprender los desafíos de cada momento y, aunque lo suyo era el estilo decimonónico, estaba muy bien enterado de lo que pasaba en el siglo XXI. Por eso, aceptó dejar su comodidad en buenos puestos de organismos internacionales para volver al país a liderar la oposición a la dictadura cuando Andrés Zaldívar fue exiliado y para la izquierda era imposible pensar en una resistencia pacífica a la represión.



Es preciso recordar que no era fácil. Sólo oponerse al dictador significaba ser etiquetado como delincuente y arriesgar cárcel, amenazas y ataques. Ahora, a 25 años de distancia, son héroes, pero en esos años era cosa seria y aunque a Valdés había que convencerlo de salir a la calle, lo hacía y ponía la cara de una forma que algunos no hacen en democracia.



Se le recuerda ahora como un hombre que hubiera llenado bien el cargo de Presidente de la República, pero la verdad es que el camino que había que recorrer para esa carrera era algo que estaba fuera de su ética y su estilo. Nunca entendió bien lo de los lotes al interior de la Democracia Cristiana. Lo que entendía era que él tenía méritos para llegar a la Presidencia y que las máquinas internas se lo impidieron.



También se le critica haber valorado la candidatura presidencial de Sebastián Piñera, pero es que no era el empresario Piñera ni el RN Piñera, sino el hijo de su amigo Pepe Piñera y, además, no era tan derechista a sus ojos. Si no, que lo digan en la UDI donde todavía se le considera un DC infiltrado en la Derecha.



Aclaro, por último, que no rindo este testimonio por una especial amistad ni por un aprecio particular de su pensamiento, sino porque Gabriel Valdés era un caballero y creo que al país le hacen falta caballeros como fue él, gente que sabe lo que es el deber y la responsabilidad y actúa en consecuencia, sin echarle la culpa a ninguna circunstancia.

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1 Comments:

Blogger Thamar Alvarez said...

Excelente artículo, Andrés. Gracias a ti siento que puedo conocer mucho mejor aquello que hizo relevante y esencial en la política de Chile a don Gabriel Valdès. Mucho màs que la cantidad de palabrería fàcil y vacìa que se ha arrojado estos dìas.
Un abrazo!

9:55 AM  

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