My Photo
Name:
Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Sunday, November 13, 2011

LA HORA DE LOS NERVIOSOS

Por mucha modernidad y redes sociales que hayan ido predominando en la sociedad, hay aspectos que no se alteran, como el ciclo anual de la actividad política, que indica que el año termina cuando se aprueba el proyecto de ley sobre el Presupuesto de la Nación, a finales del mes de noviembre.

Como el 2012 tocan comicios municipales, y de estas dependen las siguientes elecciones presidencial y parlamentaria, ya la clase política comienza a fijar su atención en las campañas correspondientes y empiezan a surgir nombres de posibles candidatos en uno y otro caso, lo que significa naturalmente que las urgencias que han caracterizado el 2011 -demandas estudiantiles y baja popularidad del Gobierno- se van viendo postergadas.

Este es un ciclo natural de la política chilena, aunque, al igual que las campañas publicitarias por la Navidad o el año escolar, parecen iniciarse en cada oportunidad en forma más adelantada. El político necesita ser electo y es comprensible que dedique parte importante de sus esfuerzos y energías a ese objetivo, incluso a costa de cumplir las funciones para las cuales solicitan periódicamente el respaldo ciudadano.

En esta oportunidad, sin embargo, este ciclo se inicia en una condición extraordinaria, ya que toda la clase política se encuentra en una situación de desapego en relación a los votantes y de franco desprestigio, lo que genera un ánimo de nerviosismo generalizado.

Tanto en el oficialismo como en la oposición se sabe que sus proyectos no despiertan la adhesión popular y que, por lo tanto, sólo triunfarán los que logren restablecer los puentes de comunicación con el electorado y como el desafío parece mayor que en otras ocasiones, es posible pensar que las herramientas que se empleen sean también más poderosas, arriesgando aún más el prestigio de la actividad política.

Por su parte, quienes esperaban que la clase política pudiera de verdad resolver los problemas de la sociedad, se empiezan a dar cuenta que van quedando postergados a los pocos espacios que dejen las campañas políticas, y en ese nerviosismo también es probable que, por presionar a los políticos, incurran en estrategias que desborden la lógica con la que han actuado hasta ahora, lo que en el caso de los estudiantes implica llegar a un grado de desesperación por la falta de respuestas que lleve a radicalizar el movimiento y a perder el apoyo ciudadano que han podido mantener en alto durante ya casi seis meses de movilizaciones, o, por el contrario, aceptar condiciones que se sabe que no son suficientes para las demandas presentadas. Es que no es prudente tomar decisiones cuando se está nervioso y si falló el cálculo de los momentos adecuados para cada paso ya no es posible volver el tiempo atrás para corregir.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home