CAROLINA LAVANDERO BUSCA CONTINUAR LA MISIÓN DE SU PADRE DESDE EL SENADO
* Dice que no tiene tomada aún una decisión, pero que se dará seis meses para recorrer Temuco y conocer los problemas de la zona. Quienes la han acompañado destacan su inteligencia, su carisma y cuentan con que el apellido la ayude a romper las barreras del sistema binominal. La gente la recibe con cariño y como una hija de su tierra. “A pesar de ser hija de quien soy, sé lo que es tener hambre, sé lo que significa no tener salud, lo que es tener hijos que necesitan comer y vestirse. Eso me ha hecho comprender y sentirme identificada con el pueblo, con las mujeres humildes, no por observar sus realidades desde fuera sino por haberlas vivido también”, comenta.
Por Andrés Rojo T.
Como todos los hijos, Carolina Lavandero Masson tiene una mezcla de sentimientos por su padre Jorge Lavandero, de quien se declara parecida pero no su clon. La admiración a la figura pública se confunde con las quejas por su estrictez, pero en ningún momento se asoma alguna duda respecto a la inocencia frente a los cargos en su contra ni respecto al complot que terminó con una condena a cinco años.
Viaja periódicamente desde Buenos Aires, en donde reside desde hace años por razones personales y por el afán de darles a sus hijos la protección social y las oportunidades de desarrollo que no podía garantizarles en Chile. A sus 48 años y cuatro hijos ya mayores y por lo tanto sin mayores compromisos, hija de padre chileno y madre argentina, y artista de profesión, tiene la experiencia y el conocimiento de ambas naciones y de una vida difícil para aportar a su país natal. Su próximo desafío, si se decide a postular al Senado a fines del 2009, es lograr el triunfo de la opción independiente de la mano de los colorines que salieron de la DC. Al lado de la Alianza estaría José García (RN) y todo indica que por la Concertación competiría Francisco Huenchumilla, y ella al medio.
EL NOMBRE DEL PADRE
Las figuras paternas siempre son complejas, pero cuando se vive la experiencia de que el progenitor sea recluido con publicidad frente a todo un país se vive, sin duda, un impacto que va más allá de la relación familiar. “Cuando comenzó toda esta locura -explica Carolina Lavandero- mi precaria paz terminó. Durante casi tres años solo viví conectada a Internet, investigando. Llegué al punto de tomar clases de periodismo, para poder comprender y encontrarle algún sentido a la forma encarnizada de tergiversar y destruir a un ser humano y a toda una familia”.
Junto con aclarar que la familia “jamás profitó o ganó algo que proviniese del lugar o cargo que ejerció Jorge Lavandero en toda su vida pública” indica que “fue mucho más estricto y duro con nosotros: ¿Un parte?, embrómense, es su responsabilidad cumplir con las normas y leyes. ¿Un hijo cesante -con tres hijos y otro por nacer- durante más de dos producto de su sobre evaluación profesional y la recesión? Jorge Lavandero no era capaz de levantar un teléfono para pedirle a un amigo que buscaba ingenieros comerciales pues eso sería favoritismo”.
Profundiza también en el impacto para los nietos del acusado, los conflictos matrimoniales, todo por el apellido Lavandero, luego de años de orgullo por un padre que impulsaba los cambios sociales que asume como propios. “Con todo lo anterior -aclara, sin embargo-, tengo una responsabilidad, y no es la de limpiar el nombre Lavandero pues tengo la certeza de que se reivindicará por sí mismo y el tiempo es quien mejor lo hará. No es necesario pretender un cargo para ello. Hasta hoy mi lucha ha sido, y sigue siendo, demostrar que no es necesario un cargo para producir cambios”.
En este sentido, se declara preocupada por el desinterés de la gente en el país “y eso es gravísimo, pues sin fe ni esperanza no existe el futuro; sin compromiso no existe el derecho a quejarse, a opinar para bien o para mal sobre nada. Ese es un derecho que solo se adquiere luego de comprometerse a través del voto en una elección” y después de una vida rodeada de políticos descubrió que ella “sentía lo mismo… Junto con esto vino el tema de la acusación a Jorge Lavandero, comenzar a buscar respuestas, a buscar la punta del hilo que me dijese la verdad. Para ello me involucré con mucha gente, escuché, conocí un mundo que no había visto jamás tan de cerca, que solo presentía pero no era tan real para mí aún. Me identifiqué y sentí a esa gente tanto más honesta, tanto más valiosa, que toda la gente junta que había conocido durante mi vida”.
Sus reflexiones son preguntas a sí misma: “¿Qué se puede sentir cuando uno ve a una mujer humilde, impecable, con una sonrisa que nace desde lo más profundo de su alma, llegar caminando varios kilómetros con una tortita en las manos para compartir el té con Jorge Lavandero pues no les alcanzaba ya para pagar la micro?. Qué ejemplo de dignidad, lealtad, cariño y generosidad. ¿Cómo quedar indiferente a sus historias, a sus vidas, cómo no sentirse una pulga al su lado, cómo no intentar hacer algo por darles un poco de alivio? Y así poco a poco me fui internando más y más entre la gente , empapándome de sus dolores , conociendo sus sufrimientos, sus alegrías, esperanzas , sintiendo el apoyo de muchos de ellos y así, sin darme cuenta, cada vez que podía regresaba para devolver un poco de todo ese amor.
RAZONES PARA COMPETIR
Pero no es sólo la responsabilidad que siente por la trayectoria de su padre y su compromiso con la gente de la Araucanía, sino también la percepción de que hay un cambio político que la lleva a considerar una postulación que nunca antes había contemplado: “Cambió la conformación del Congreso y ya no solo ven la luz los proyectos que vienen con carácter urgente desde la Presidencia sino que existe la posibilidad de que, aún siendo minoría, con Adolfo Zaldívar en el segundo cargo más importante del país luego de la Presidenta, sea capaz de imponerse y darle cabida a otros proyectos secundado por los diputados ‘colorines’ y algunos senadores”.
Carolina Lavandero confía en los independientes “porque con su actitud están demostrado que no todo es podredumbre. Veo en ellos la generosidad de unirse a pesar de sus diferencias ideológicas, de no pelearse por cargos sino de unirse para lograr cambios reales, veo amor por su patria más que por sí mismos y eso es lo que le hace falta a nuestro país. Veo la posibilidad de romper con el sistema binominal, que es una aberración donde lo menos que existe es la representatividad ciudadana”.
Aunque nunca ha militado en un partido, dice que ha tenido contacto tanto con gente de la DC como de otros partidos, pero tiene opiniones definidas: “La DC es un partido que agoniza, la clase política hoy agoniza y sigue empecinada en batallas y luchas de poder, sin detenerse a pensar que están sentados y ocupando un cargo desde el que deben trabajar por chile y no por luchas internas y de poder”.
Aunque aclara que “también llevo parte de mi madre. Soy parecida a mi padre, pero no un clon suyo. Comparto sus ideales y muchas de sus luchas, pero no soy Jorge Lavandero porque Jorge Lavandero sólo existirá uno: Un hombre idealista, hasta la muerte, que entregó todo por su país, honesto como pocos e individualista como pocos también”.
Junto con advertir que “por primera vez” esta evaluando seriamente la idea de postular al Congreso, agrega que tiene “el absoluto convencimiento de que no iré a calentar un asiento, que si lo hago es porque estoy convencida de que es posible soñar con un Chile mejor. No me interesa salir electa por ganar una elección, sino que me interesan los logros reales y no en el largo plazo, quiero cambios que se sientan se vean en el corto plazo. Si no estoy convencida de ello, no habrá nada en el mundo que me haga cambiar la tranquilidad y paz que he logrado”.
Sus metas son claras: “Luchar por un Royalty, cuidar nuestros recursos naturales no renovables, luchar por cambios en la educación y el acceso a la salud; denunciar la corrupción donde esté, sin distingos; rescatar al pueblo mapuche”.
EL ESCENARIO POLÍTICO LOCAL
Aunque está hace poco recorriendo la zona, se ha encontrado con innumerables muestras de cariño heredadas del afecto de la gente a Jorge Lavandero que se están ya traduciendo en apoyos para una futura campaña electoral, y tiene ya una opinión formada de las figuras locales.
La Región de la Araucanía ha sido una zona de tradicional conflicto entre los caciques locales de la Democracia Cristiana, y si a eso se suma la problemática mapuche se termina de configurar un escenario político impredecible.
Del alcalde Francisco Huenchumilla, eventualmente su principal competencia para el Senado, Carolina Lavandero dice “Huenchmilla, el que humilla. Su paso por los diferentes cargos y los resultados de sus gestiones hablan por sí solos. Ineficiente, pura boca, no me gusta en el más amplio sentido de la palabra, ni como ser humano ni como autoridad. Es capaz de cualquier cosa por poder”.
Pero sus dardos contra Huenchumilla no son por su condición de DC, partido en el que nunca ha militado Carolina Lavandero, porque sí hace buenos comentarios del diputado falangista Eduardo Saffirio “un hombre al que respeto, trabajador. Tiene un gran equipo multidisciplinario, correcto, que se mueve sin buscar publicidad. Muy DC y comprometido con la gente después de su partido. Honesto y fiel a sus creencias”. De Guillermo Vásquez, quien heredó el cargo de Jorge Lavandero al ser condenado, dice que “no lo conozco mucho, pero su gestión ha sido pobre y casi nula. Se lo reconoce en la zona cuando aparece en su jeep blanco, al que le dicen el Papa-Móvil, pues nunca se baja de él: Solo baja el vidrio, saluda y se involucra poco con la gente. Timorato, muy ajustado a las normas y protocolo”.
De quien no escatima elogios es del diputado independiente, ex-DC y ex-UDI Eduardo Díaz, su eventual compañero de planilla electoral, a quien le declara su respeto y admiración, junto con el agradecimiento por ser “el único parlamentario con la valentía para pararse en el Congreso y pedir justicia a viva voz para jorge Lavandero, dando la cara y de frente”. A propósito de su salida de la UDI y la DC explica que “mucha gente se queda en la visión superficial y no analiza más allá las razones u actitudes que tiene el vecino. Se lo acusa de ser ‘light’, de ir donde calienta el sol, pero yo le puedo recordar a todas esas personas que él fue expulsado de la UDI por no transar con sus valores y no estar dispuesto a mentir para tapar la corrupción y defender a un alcalde de su bancada. Eso se llama ser coherente con los principios y valores que se promueven y viven”. Algo similar opina de su salida de la DC por “no estar dispuesto a callar y avalar la mentira, junto a otros diputados que como él, no están dispuestos ya a dejarse aplastar por amenazas, a callar la suciedad que ven y viven”.
También agradece el apoyo del padre del parlamentario, Eduardo Díaz Herrera, creador del Partido del Sur que ha transmutado desde Pinochet a Bachelet y tradicional adversario de Jorge Lavandero, quien ha sido uno de los más públicos defensores de su anterior contrincante “¿Cómo no respetar -dice Carolina- y sentirse identificada con personas así? No les importó si les daba votos o si les daba popularidad. Simplemente se pusieron a disposición porque no comulgan con la mentira ni la injusticia”.
Sabe que sus posibilidades electorales son difíciles con el sistema binominal, pero tiene confianza porque “he notado que el pueblo, la gente humilde está harta y necesita mandarle un mensaje a la clase política y a las cúpulas. Desde diferentes sectores, muchos independientes, y no necesito recordar que la fuerza de Jorge Lavandero no estaba en los DC sino en los independientes.
Por Andrés Rojo T.
Como todos los hijos, Carolina Lavandero Masson tiene una mezcla de sentimientos por su padre Jorge Lavandero, de quien se declara parecida pero no su clon. La admiración a la figura pública se confunde con las quejas por su estrictez, pero en ningún momento se asoma alguna duda respecto a la inocencia frente a los cargos en su contra ni respecto al complot que terminó con una condena a cinco años.
Viaja periódicamente desde Buenos Aires, en donde reside desde hace años por razones personales y por el afán de darles a sus hijos la protección social y las oportunidades de desarrollo que no podía garantizarles en Chile. A sus 48 años y cuatro hijos ya mayores y por lo tanto sin mayores compromisos, hija de padre chileno y madre argentina, y artista de profesión, tiene la experiencia y el conocimiento de ambas naciones y de una vida difícil para aportar a su país natal. Su próximo desafío, si se decide a postular al Senado a fines del 2009, es lograr el triunfo de la opción independiente de la mano de los colorines que salieron de la DC. Al lado de la Alianza estaría José García (RN) y todo indica que por la Concertación competiría Francisco Huenchumilla, y ella al medio.
EL NOMBRE DEL PADRE
Las figuras paternas siempre son complejas, pero cuando se vive la experiencia de que el progenitor sea recluido con publicidad frente a todo un país se vive, sin duda, un impacto que va más allá de la relación familiar. “Cuando comenzó toda esta locura -explica Carolina Lavandero- mi precaria paz terminó. Durante casi tres años solo viví conectada a Internet, investigando. Llegué al punto de tomar clases de periodismo, para poder comprender y encontrarle algún sentido a la forma encarnizada de tergiversar y destruir a un ser humano y a toda una familia”.
Junto con aclarar que la familia “jamás profitó o ganó algo que proviniese del lugar o cargo que ejerció Jorge Lavandero en toda su vida pública” indica que “fue mucho más estricto y duro con nosotros: ¿Un parte?, embrómense, es su responsabilidad cumplir con las normas y leyes. ¿Un hijo cesante -con tres hijos y otro por nacer- durante más de dos producto de su sobre evaluación profesional y la recesión? Jorge Lavandero no era capaz de levantar un teléfono para pedirle a un amigo que buscaba ingenieros comerciales pues eso sería favoritismo”.
Profundiza también en el impacto para los nietos del acusado, los conflictos matrimoniales, todo por el apellido Lavandero, luego de años de orgullo por un padre que impulsaba los cambios sociales que asume como propios. “Con todo lo anterior -aclara, sin embargo-, tengo una responsabilidad, y no es la de limpiar el nombre Lavandero pues tengo la certeza de que se reivindicará por sí mismo y el tiempo es quien mejor lo hará. No es necesario pretender un cargo para ello. Hasta hoy mi lucha ha sido, y sigue siendo, demostrar que no es necesario un cargo para producir cambios”.
En este sentido, se declara preocupada por el desinterés de la gente en el país “y eso es gravísimo, pues sin fe ni esperanza no existe el futuro; sin compromiso no existe el derecho a quejarse, a opinar para bien o para mal sobre nada. Ese es un derecho que solo se adquiere luego de comprometerse a través del voto en una elección” y después de una vida rodeada de políticos descubrió que ella “sentía lo mismo… Junto con esto vino el tema de la acusación a Jorge Lavandero, comenzar a buscar respuestas, a buscar la punta del hilo que me dijese la verdad. Para ello me involucré con mucha gente, escuché, conocí un mundo que no había visto jamás tan de cerca, que solo presentía pero no era tan real para mí aún. Me identifiqué y sentí a esa gente tanto más honesta, tanto más valiosa, que toda la gente junta que había conocido durante mi vida”.
Sus reflexiones son preguntas a sí misma: “¿Qué se puede sentir cuando uno ve a una mujer humilde, impecable, con una sonrisa que nace desde lo más profundo de su alma, llegar caminando varios kilómetros con una tortita en las manos para compartir el té con Jorge Lavandero pues no les alcanzaba ya para pagar la micro?. Qué ejemplo de dignidad, lealtad, cariño y generosidad. ¿Cómo quedar indiferente a sus historias, a sus vidas, cómo no sentirse una pulga al su lado, cómo no intentar hacer algo por darles un poco de alivio? Y así poco a poco me fui internando más y más entre la gente , empapándome de sus dolores , conociendo sus sufrimientos, sus alegrías, esperanzas , sintiendo el apoyo de muchos de ellos y así, sin darme cuenta, cada vez que podía regresaba para devolver un poco de todo ese amor.
RAZONES PARA COMPETIR
Pero no es sólo la responsabilidad que siente por la trayectoria de su padre y su compromiso con la gente de la Araucanía, sino también la percepción de que hay un cambio político que la lleva a considerar una postulación que nunca antes había contemplado: “Cambió la conformación del Congreso y ya no solo ven la luz los proyectos que vienen con carácter urgente desde la Presidencia sino que existe la posibilidad de que, aún siendo minoría, con Adolfo Zaldívar en el segundo cargo más importante del país luego de la Presidenta, sea capaz de imponerse y darle cabida a otros proyectos secundado por los diputados ‘colorines’ y algunos senadores”.
Carolina Lavandero confía en los independientes “porque con su actitud están demostrado que no todo es podredumbre. Veo en ellos la generosidad de unirse a pesar de sus diferencias ideológicas, de no pelearse por cargos sino de unirse para lograr cambios reales, veo amor por su patria más que por sí mismos y eso es lo que le hace falta a nuestro país. Veo la posibilidad de romper con el sistema binominal, que es una aberración donde lo menos que existe es la representatividad ciudadana”.
Aunque nunca ha militado en un partido, dice que ha tenido contacto tanto con gente de la DC como de otros partidos, pero tiene opiniones definidas: “La DC es un partido que agoniza, la clase política hoy agoniza y sigue empecinada en batallas y luchas de poder, sin detenerse a pensar que están sentados y ocupando un cargo desde el que deben trabajar por chile y no por luchas internas y de poder”.
Aunque aclara que “también llevo parte de mi madre. Soy parecida a mi padre, pero no un clon suyo. Comparto sus ideales y muchas de sus luchas, pero no soy Jorge Lavandero porque Jorge Lavandero sólo existirá uno: Un hombre idealista, hasta la muerte, que entregó todo por su país, honesto como pocos e individualista como pocos también”.
Junto con advertir que “por primera vez” esta evaluando seriamente la idea de postular al Congreso, agrega que tiene “el absoluto convencimiento de que no iré a calentar un asiento, que si lo hago es porque estoy convencida de que es posible soñar con un Chile mejor. No me interesa salir electa por ganar una elección, sino que me interesan los logros reales y no en el largo plazo, quiero cambios que se sientan se vean en el corto plazo. Si no estoy convencida de ello, no habrá nada en el mundo que me haga cambiar la tranquilidad y paz que he logrado”.
Sus metas son claras: “Luchar por un Royalty, cuidar nuestros recursos naturales no renovables, luchar por cambios en la educación y el acceso a la salud; denunciar la corrupción donde esté, sin distingos; rescatar al pueblo mapuche”.
EL ESCENARIO POLÍTICO LOCAL
Aunque está hace poco recorriendo la zona, se ha encontrado con innumerables muestras de cariño heredadas del afecto de la gente a Jorge Lavandero que se están ya traduciendo en apoyos para una futura campaña electoral, y tiene ya una opinión formada de las figuras locales.
La Región de la Araucanía ha sido una zona de tradicional conflicto entre los caciques locales de la Democracia Cristiana, y si a eso se suma la problemática mapuche se termina de configurar un escenario político impredecible.
Del alcalde Francisco Huenchumilla, eventualmente su principal competencia para el Senado, Carolina Lavandero dice “Huenchmilla, el que humilla. Su paso por los diferentes cargos y los resultados de sus gestiones hablan por sí solos. Ineficiente, pura boca, no me gusta en el más amplio sentido de la palabra, ni como ser humano ni como autoridad. Es capaz de cualquier cosa por poder”.
Pero sus dardos contra Huenchumilla no son por su condición de DC, partido en el que nunca ha militado Carolina Lavandero, porque sí hace buenos comentarios del diputado falangista Eduardo Saffirio “un hombre al que respeto, trabajador. Tiene un gran equipo multidisciplinario, correcto, que se mueve sin buscar publicidad. Muy DC y comprometido con la gente después de su partido. Honesto y fiel a sus creencias”. De Guillermo Vásquez, quien heredó el cargo de Jorge Lavandero al ser condenado, dice que “no lo conozco mucho, pero su gestión ha sido pobre y casi nula. Se lo reconoce en la zona cuando aparece en su jeep blanco, al que le dicen el Papa-Móvil, pues nunca se baja de él: Solo baja el vidrio, saluda y se involucra poco con la gente. Timorato, muy ajustado a las normas y protocolo”.
De quien no escatima elogios es del diputado independiente, ex-DC y ex-UDI Eduardo Díaz, su eventual compañero de planilla electoral, a quien le declara su respeto y admiración, junto con el agradecimiento por ser “el único parlamentario con la valentía para pararse en el Congreso y pedir justicia a viva voz para jorge Lavandero, dando la cara y de frente”. A propósito de su salida de la UDI y la DC explica que “mucha gente se queda en la visión superficial y no analiza más allá las razones u actitudes que tiene el vecino. Se lo acusa de ser ‘light’, de ir donde calienta el sol, pero yo le puedo recordar a todas esas personas que él fue expulsado de la UDI por no transar con sus valores y no estar dispuesto a mentir para tapar la corrupción y defender a un alcalde de su bancada. Eso se llama ser coherente con los principios y valores que se promueven y viven”. Algo similar opina de su salida de la DC por “no estar dispuesto a callar y avalar la mentira, junto a otros diputados que como él, no están dispuestos ya a dejarse aplastar por amenazas, a callar la suciedad que ven y viven”.
También agradece el apoyo del padre del parlamentario, Eduardo Díaz Herrera, creador del Partido del Sur que ha transmutado desde Pinochet a Bachelet y tradicional adversario de Jorge Lavandero, quien ha sido uno de los más públicos defensores de su anterior contrincante “¿Cómo no respetar -dice Carolina- y sentirse identificada con personas así? No les importó si les daba votos o si les daba popularidad. Simplemente se pusieron a disposición porque no comulgan con la mentira ni la injusticia”.
Sabe que sus posibilidades electorales son difíciles con el sistema binominal, pero tiene confianza porque “he notado que el pueblo, la gente humilde está harta y necesita mandarle un mensaje a la clase política y a las cúpulas. Desde diferentes sectores, muchos independientes, y no necesito recordar que la fuerza de Jorge Lavandero no estaba en los DC sino en los independientes.
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