La hora de los candidatos
La prensa empieza a reaccionar por la proliferación de candidatos presidenciales, tratando de entender por qué, en una fecha en la que recién se comienza a elucubrar con los postulantes a los municipios, ya se empieza a hablar de los potenciales aspirantes a La Moneda, y respecto a este fenómeno novedoso hay varias razones que se suman para entender su origen.
En primer lugar, estamos frente a un Gobierno que, por su bajo respaldo ciudadano, tiene pocas oportunidades de proyectar su legado a través de una segunda administración que siga su línea política. Al mismo tiempo, la oposición formal tampoco parece tener muchas opciones, a menos que Michelle Bachelet vuelva a reflotar un barco que se inclina peligrosamente a las aguas del hundimiento. Eso genera un espacio que es preciso llenar de alguna forma.
Luego, que el mes de febrero, que es tradicionalmente vacío de noticias políticas, en esta oportunidad viene precedido por un año que ha sido intenso de manera inusual. Ello implica la necesidad de mantener el ritmo de la actividad y, ante la ausencia de los actores habituales, se abre un lugar para la irrupción de nuevos protagonistas.
Como se cumple ya la mitad del mandato del actual Presidente y persisten las dificultades para que el Gobierno conduzca la agenda noticiosa, el vacío tiene que ser llenado con nuevas propuestas, que en esta oportunidad no apuntan a satisfacer las aspiraciones de los partidos sino de esa gran cantidad de personas que tienen una pésima impresión de las colectividades políticas y tratan de responder la incógnita que representa la ampliación del padrón electoral como consecuencia de la inscripción automática de los electores y el voto voluntario. El candidato tiene que atraer a los votantes y ya no le basta con esperarlos sentado, confiado en que la gente votará por la línea política de cada nombre en la papeleta.
A ello se agrega la falta de comprensión por parte de los partidos respecto a estos fenómenos. Los partidos están preocupados por la elección municipal porque saben que esta les permitirá aspirar a un piso electoral mínimo. Y está bien que lo hagan, pero la idea de postergar las decisiones presidenciales para después de las municipales parece desafortunada, y es normal que los aspirantes a La Moneda se desmarquen de los partidos para no correr el riesgo de verse atrapados en su lentitud.
Y más aún. La falta de señales positivas por parte de Michelle Bachelet respecto a postular a un nuevo mandato ya hace suponer que simplemente no lo hará, con lo que todo el escenario político se desdibuja y hay que volver a reconstituirlo.
Su ausencia debilita a los partidos de la Concertación y se crean ranuras por las cuales militantes e independientes tienen un lugar por el que asomarse y ver las posibilidades reales de ser competitivos. Para ello, cuentan con la gran ventaja de la mayor visibilidad que les dejan partidos, Gobierno y Bachelet y la cuenta es sencilla. Si hoy aparecen sin opción, tal vez con algunos meses de esfuerzo generan un mayor nivel de adhesión ciudadana. A fin de cuentas, nadie apostaba por Marco Enríquez-Ominami y terminó llevándose el 20 por ciento de los votos, y como para todo esto se necesita tiempo, ¿qué mejor que los meses de verano para empezar, cuando los demás están de vacaciones?
En primer lugar, estamos frente a un Gobierno que, por su bajo respaldo ciudadano, tiene pocas oportunidades de proyectar su legado a través de una segunda administración que siga su línea política. Al mismo tiempo, la oposición formal tampoco parece tener muchas opciones, a menos que Michelle Bachelet vuelva a reflotar un barco que se inclina peligrosamente a las aguas del hundimiento. Eso genera un espacio que es preciso llenar de alguna forma.
Luego, que el mes de febrero, que es tradicionalmente vacío de noticias políticas, en esta oportunidad viene precedido por un año que ha sido intenso de manera inusual. Ello implica la necesidad de mantener el ritmo de la actividad y, ante la ausencia de los actores habituales, se abre un lugar para la irrupción de nuevos protagonistas.
Como se cumple ya la mitad del mandato del actual Presidente y persisten las dificultades para que el Gobierno conduzca la agenda noticiosa, el vacío tiene que ser llenado con nuevas propuestas, que en esta oportunidad no apuntan a satisfacer las aspiraciones de los partidos sino de esa gran cantidad de personas que tienen una pésima impresión de las colectividades políticas y tratan de responder la incógnita que representa la ampliación del padrón electoral como consecuencia de la inscripción automática de los electores y el voto voluntario. El candidato tiene que atraer a los votantes y ya no le basta con esperarlos sentado, confiado en que la gente votará por la línea política de cada nombre en la papeleta.
A ello se agrega la falta de comprensión por parte de los partidos respecto a estos fenómenos. Los partidos están preocupados por la elección municipal porque saben que esta les permitirá aspirar a un piso electoral mínimo. Y está bien que lo hagan, pero la idea de postergar las decisiones presidenciales para después de las municipales parece desafortunada, y es normal que los aspirantes a La Moneda se desmarquen de los partidos para no correr el riesgo de verse atrapados en su lentitud.
Y más aún. La falta de señales positivas por parte de Michelle Bachelet respecto a postular a un nuevo mandato ya hace suponer que simplemente no lo hará, con lo que todo el escenario político se desdibuja y hay que volver a reconstituirlo.
Su ausencia debilita a los partidos de la Concertación y se crean ranuras por las cuales militantes e independientes tienen un lugar por el que asomarse y ver las posibilidades reales de ser competitivos. Para ello, cuentan con la gran ventaja de la mayor visibilidad que les dejan partidos, Gobierno y Bachelet y la cuenta es sencilla. Si hoy aparecen sin opción, tal vez con algunos meses de esfuerzo generan un mayor nivel de adhesión ciudadana. A fin de cuentas, nadie apostaba por Marco Enríquez-Ominami y terminó llevándose el 20 por ciento de los votos, y como para todo esto se necesita tiempo, ¿qué mejor que los meses de verano para empezar, cuando los demás están de vacaciones?
0 Comments:
Post a Comment
<< Home