LAS RAZONES DE LA "NUEVA DERECHA"

El ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter lanzó con bombos y platillos una nueva teoría política, consistente en que en Chile se ha construido a partir de la elección del Presidente Sebastián Piñera una “Nueva Derecha”, ocasionando sesudos análisis y comentarios a favor y en contra de esta invención, pero poco se ha dicho respecto a las posibilidades reales de que esta teoría prospere en la realidad ni sobre la intencionalidad tras esta propuesta.

Al respecto es preciso aclarar que, más que un diagnóstico de una aparente realidad, la impresión es la inversa, que a partir de una declaración de voluntad se busca moldear la realidad, incluso en contra de las intenciones de los partidos que respaldan al actual Gobierno.

La idea de la “Nueva Derecha” tiene un dueño claro, ya que responde a la visión de los sectores liberales de Renovación Nacional, lo que implica al mismo tiempo que, a menos que logre generar arraigo en otros sectores ciudadanos, los grupos conservadores que permanecen en ese mismo partido y en la UDI simplemente ignorarán la tesis de Hinzpeter y, solo si es necesario, cuestionarán sus argumentos. Ya ha habido antes intentos de imponer las visiones liberales dentro de la Derecha y hasta ahora este sector ha logrado rechazar todos esos esfuerzos e incluso ha logrado derribar los proyectos políticos personales que consideró amenazantes, como se hizo con el propio Piñera hace dos elecciones presidenciales o con Allamand, cuanto trató de llegar al Senado por primera vez.

Por ahora, la razón está del lado de la UDI, si se considera que el potencial electoral es el que otorga el derecho a la verdad en la política, porque ha sido la UDI el factor decisivo en la elección de Sebastián Piñera y los sectores liberales dentro de RN están, por lo tanto, sobregirándose en su creencia de tener el poder suficiente para intentar un cambio doctrinario en su sector, además de gobernar.

Evidentemente, la presentación de esta tesis tiene el propósito adicional de lanzar a la figura del ministro Rodrigo Hinzpeter como presidenciable, ante la aparición de un Laurence Golborne que, aunque no tiene militancia partidista formal, es percibido como más cercano a la UDI, mientras Hinzpeter pertenece directamente a la camarilla liderada por Piñera y Alberto Espina.

Golborne tiene un pasado como simpatizante del Partido Nacional, mientras el Ministro del Interior tiene antepasados directos que militaron en el socialismo y, aunque tiene menos carisma y no se benefició de la epopeya de los mineros, tiene un mayor potencial para atraer al electorado concertacionista, siempre que se aleje de la Derecha tradicional y, a juzgar por las apariencias, cuenta con el respaldo de La Moneda, es decir, sería el “tapado”. Pero para asegurar sus opciones, la Alianza por Chile tiene que ampliar su base electoral hacia el Centro y RN tiene que dejar de depender electoralmente de la UDI.

Adicionalmente, y en eso la apuesta es aún mayor, se trata de realizar un debate sobre el sentido y el contenido de una Derecha que no está acostumbrada a analizar estos temas, y menos con publicidad. La UDI, que es la que ha liderado al sector la mayor parte del tiempo desde el régimen militar y ha aceptado hacer de comparsa en el actual Gobierno, siempre ha tenido un grupo de dirigentes que hacen la reflexión puertas adentro y Hinzpeter está forzando las cosas a un nivel al que nunca había sido desafiada antes y tiene sólo un par de años para imponerse.