EL DUELO SOCIALISTA
Aunque se veía venir, la decisión de José Miguel Insulza de retirarse de la carrera presidencial causa un duro impacto en las filas de lo que se denomina el sector “progresista” de la Concertación, que siente, tal vez injustamente, que después de dos administraciones, se queda sin posibilidades siquiera de disputar la nominación del abanderado único del pacto de Gobierno.
Las razones de la renuncia de Insulza son sencillas: En primer término, la constatación de que el progresismo ha perdido su unidad ya que el PS y el PPD simplemente no se entienden. Cuando dos socios son invitados a invertir en una empresa, y empiezan con dudas la sociedad simplemente no funciona y si bien en este caso las víctimas han sido, en orden cronológico, Ricardo Lagos e Insulza, resta por ver cuáles serán las consecuencias para la alianza estratégica que estas dos colectividades han mantenido desde los inicios de la Concertación.
Un segundo conjunto de causas de la bajada de Insulza es, desde luego, la indecisión del propio candidato de lanzarse a una aventura que, a pesar de lo que digan las encuestas, no era descabellada. En esta resolución pesa la creciente dependencia de los políticos de lo que digan los estudios de opinión, siendo que en una primaria los militantes y adherentes del mundo progresista hubieran sido más numerosos que los de la DC, por lo que Frei tenía la responsabilidad de captar el apoyo de los independientes de centro y lograr que se movilizaran para ir a votar a una elección que no es legalmente obligatoria.
Y aunque el retiro de Insulza no es sorpresa -a pesar de que pueda parecer inexplicable para una coalición que se ufana de su democracia interna, en la medida que implica suspender la primaria- llama la atención que los progresistas se declaren dolidos y frustrados, a pesar de la legítima aspiración de competir al menos por un tercer mandato presidencial, lo que permite suponer que en la próxima etapa de controversias no estará entre las distintas corrientes de la DC sino dentro del progresismo, del cual ya se han salido dos candidatos presidenciales que buscan el respaldo de la Izquierda extraparlamentaria, como son Alejandro Navarro y Jorge Arrate, que le pueden quitar una parte importante de la votación a Frei y favorecer el triunfo de Piñera, ya no por el lado del Centro sino por el de la Izquierda.
Por otro lado, la alegría de los partidarios de Frei es comprensible, pero este candidato tendrá mayores problemas para mantener la armonía de la Concertación porque tanto el PS como el PPD aspirarán ahora, justo cuando no tienen un elemento de negociación, a ser compensados por la postulación del DC, en circunstancias que en el propio PDC tienen que enfrentar la dura tarea de recuperar votación partidaria, después de la verdadera debacle que significó la reciente elección municipal.
Las razones de la renuncia de Insulza son sencillas: En primer término, la constatación de que el progresismo ha perdido su unidad ya que el PS y el PPD simplemente no se entienden. Cuando dos socios son invitados a invertir en una empresa, y empiezan con dudas la sociedad simplemente no funciona y si bien en este caso las víctimas han sido, en orden cronológico, Ricardo Lagos e Insulza, resta por ver cuáles serán las consecuencias para la alianza estratégica que estas dos colectividades han mantenido desde los inicios de la Concertación.
Un segundo conjunto de causas de la bajada de Insulza es, desde luego, la indecisión del propio candidato de lanzarse a una aventura que, a pesar de lo que digan las encuestas, no era descabellada. En esta resolución pesa la creciente dependencia de los políticos de lo que digan los estudios de opinión, siendo que en una primaria los militantes y adherentes del mundo progresista hubieran sido más numerosos que los de la DC, por lo que Frei tenía la responsabilidad de captar el apoyo de los independientes de centro y lograr que se movilizaran para ir a votar a una elección que no es legalmente obligatoria.
Y aunque el retiro de Insulza no es sorpresa -a pesar de que pueda parecer inexplicable para una coalición que se ufana de su democracia interna, en la medida que implica suspender la primaria- llama la atención que los progresistas se declaren dolidos y frustrados, a pesar de la legítima aspiración de competir al menos por un tercer mandato presidencial, lo que permite suponer que en la próxima etapa de controversias no estará entre las distintas corrientes de la DC sino dentro del progresismo, del cual ya se han salido dos candidatos presidenciales que buscan el respaldo de la Izquierda extraparlamentaria, como son Alejandro Navarro y Jorge Arrate, que le pueden quitar una parte importante de la votación a Frei y favorecer el triunfo de Piñera, ya no por el lado del Centro sino por el de la Izquierda.
Por otro lado, la alegría de los partidarios de Frei es comprensible, pero este candidato tendrá mayores problemas para mantener la armonía de la Concertación porque tanto el PS como el PPD aspirarán ahora, justo cuando no tienen un elemento de negociación, a ser compensados por la postulación del DC, en circunstancias que en el propio PDC tienen que enfrentar la dura tarea de recuperar votación partidaria, después de la verdadera debacle que significó la reciente elección municipal.
Labels: Andrés Rojo, Concertación, eduardo frei, josé miguel insulza, política
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