Politica e Ideas

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Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Sunday, August 25, 2013

No sobra nadie

            Es un lugar común entre los dirigentes políticos realizar llamados a la unidad nacional, argumentando que en Chile no sobra nadie.  Sin embargo, cuando se presentan nueve candidatos a la Presidencia de la República no ha faltado el comentarista que se atreve a afirmar que algunos están de sobra, lo que viene a demostrar que esa unidad nacional pasa por la condición que se produzca en torno a una figura predeterminada.

            Cuando no existía la segunda vuelta electoral resultaba importante y fuera de cuestión realizar esfuerzos para que todas las corrientes de opinión afines se reunieran en una sola candidatura, pero con la introducción de la segunda vuelta entre las dos primeras mayorías de la primera elección ese argumento deja de tener sentido.   Ahora es la propia ciudadanía la que decide quiénes son los seleccionados para diciembre y los comentaristas no tienen nada que decir al respecto.  De esta forma, en la votación de noviembre es posible apoyar al candidato que mejor interpreta a cada cual, para después emitir un voto responsable, y posiblemente a contra gusto, porque se trata de optar por la candidatura que provoca menos rechazo.

            La importancia de la primera vuelta y del alto número de candidatos es que se permite que una mayor variedad de posiciones en la sociedad estén representadas en la competencia.   Por lo demás, las exigencias legales para los candidatos obligan a reunir tal cantidad de firmas que los postulantes no pueden ser la imagen visible de movimientos o corrientes de opinión marginales.  Una cosa es ser marginal y otra ser mayoría, pero entre ambas concepciones hay una amplia gama de posibilidades.

            Es posible que entre alguno de los candidatos haya quien compite por un afán de ego personal, para poder colocar en su currículo que entre sus actividades ha sido candidato a Presidente de la República, pero mucho más importante es la posibilidad que represente a un grupo importante de la sociedad.

            Otra ventaja de un alto número de competidores es que la elección se hace más atractiva para el electorado, en momentos en los que el voto voluntario siempre es una amenaza para la participación ciudadana.  Por lo tanto, se trata de un incentivo.


            Dentro de las desventajas está, por supuesto, la confusión entre tanto nombre y la casi total imposibilidad de que cada uno de los candidatos tenga el espacio suficiente en los medios de comunicación para informar acerca de sus planes.   Como contraparte, una parte importante de los presidenciables tendrá un acceso a la difusión de sus ideas que no habría alcanzado en otras circunstancias, y la votación que logren reunir servirá de aval para que sus planteamientos tengan que ser recogidos por los que aspiren a conquistar la mayoría absoluta en la siguiente vuelta, y eso es una ganancia para corrientes de opinión que no tienen la posibilidad de alcanzar el Gobierno pero sí les interesa influir en la forma en que se administre el poder.

Sunday, August 18, 2013

¿De quién es la pelota?

   
Si algo novedoso tiene la próxima elección presidencial y parlamentaria, es la irrupción de una fuerza independiente como no se ha visto desde el retorno a la democracia.  Exceptuando los casos del segundo gobierno de Carlos Ibáñez Del Campo y la presidencia de Jorge Alessandri, todos los presidentes han sido integrantes de partidos fuertemente institucionalizados y esta vez más de la mitad de los postulantes son independientes o pertenecen a colectividades que no forman parte del poder tradicional, y eso solo ya es novedoso.

   A ellos se agrega una cifra aún por conocer de candidatos a senadores y diputados ajenos a las dos principales coaliciones, lo que además de novedoso es una fuerte apuesta en un sistema político estructurado en torno a un modelo electoral binominal que favorece a los grandes pactos.

   Existen, por lo tanto, fuertes expectativas por lo que decidirá la ciudadanía respecto de estos nombres más o menos alternativos, así como una gran incógnita respecto de lo que será su desempeño electoral.

   Hablando en términos futbolísticos, la Concertación y la Alianza son los que se han repartido en el último cuarto de siglo el manejo de la pelota, y ahora aparecen nuevos jugadores tratando de arrebatarles el balón y declarando muy orgullosos que no quieren que les hagan pases sino dominar el juego.

   El problema de esta osadía es que, si no son capaces de hacer algún gol, ya que no sería justo pedirles que ganen el partido, lo más probable es que no quieran volver a jugar.  Para que exista la disposición a competir tiene que existir el incentivo de tener la oportunidad real de ganar, al menos de vez en cuando y hasta ahora los partidos tradicionales son los que se han quedado con la pelota, con las copas, los puntos y hasta han designado a los árbitros.

   Durante casi 25 años, la ciudadanía les ha dado la razón a los jugadores de siempre y ahora que aparecen otros competidores, precisamente invocando el tedio y la desilusión de esa misma ciudadanía tendrán que ser los votantes los que zanjen el asunto.


   No se trata -y esto es lo delicado- de resolver quién se queda con el partido, sino de aclarar con total precisión que la política es una actividad en la que puede ganar cualquiera, siempre que tenga los méritos para coronarse como campeón en cualquiera de los niveles de la competencia.   Si no ocurre así, se hace muy fuerte la tentación de no competir o de crearse otros espacios para hacerlo, como ocurre en los barrios cuando una liga es cerrada a nuevos clubes y estos optan por fundar su propia liga.

Sunday, August 11, 2013

Diapasón

   
El diapasón es un dispositivo metálico usado para afinar los instrumentos musicales, principalmente los de cuerda.  En la guitarra, por ejemplo, se le hace vibrar y se apoya en la caja de resonancia para escuchar el tono LA que emite.  A partir de ese sonido se puede afinar la quinta cuerda y luego las demás en comparación con esta, gracias a que el diapasón y la cuerda correctamente afinada vibran al unísono.

   Esa armonía es la que debe buscar cualquier político y autoridad cuando quiere captar la adhesión ciudadana que se consigue cuando el público “vibra” en la misma frecuencia.

   Es una tarea difícil porque se trata de encontrar el punto exacto en que político y ciudadano empatizan en una misma frecuencia y es un camino de doble dirección.  Por un lado, el político tiene que descubrir el “tono” en el que se encuentra el electorado pero, por otra parte, también el político puede “afinar” al público para que “vibre” en una frecuencia determinada.

   Así como la quinta cuerda de la guitarra se afina en LA y es arriesgado hacerlo en una nota distinta, ya que la cuerda pierde fuerza en el sonido si es más baja o simplemente se rompe si se la tensa en exceso, la posibilidad de acomodar la frecuencia del ciudadano a la que desea el político es reducida.  No se puede forzar la nota fuera de los límites de la realidad ni distorsionar la realidad.

   Esa es una primera dificultad, ya que muchas veces el político trata de atraer a la sociedad al modelo de sus propias creencias y principios,  si la sociedad no los comparte, simplemente no hay sintonía.

   Una dificultad adicional es que el político tiene el deber de impulsar las transformaciones de la sociedad.  Si se tratara de mantener el estado de las cosas tal cual como se encuentran, no se necesitaría un político sino que bastaría un simple administrador.   Cuando los políticos dejan el espacio de las decisiones a los tecnócratas, están renunciando a los sueños, a la epopeya y la aventura del cambio y desde esa posición resulta imposible conseguir la vibración de un país que no está satisfecho con su situación presente y cree que es factible mejorar sus condiciones de vida y su ordenamiento.


   No cabe duda que en Chile y muchas otras naciones, hay una mayoritaria aspiración por resolver problemas sociales, políticos y económicos que se han venido arrastrando por largo tiempo, amén de los nuevos desafíos que han surgido, pero parece que muy pocos conocen la importancia del diapasón.

Sunday, August 04, 2013

Los Blancos y los Negros

   Todavía no empieza legalmente la campaña electoral y ya está claro que el tono del debate público de los próximos tres meses y medio será el de la confrontación.   Una derecha culpando a una izquierda de haberlo hecho todo mal, y una izquierda acusando a la derecha de incapacidad para hacer bien las cosas que iba a hacer mucho mejor, y entre los dos polos -o a sus costados- varios candidatos menores que reclaman mayor atención, quejándose que los grandes les arrebatan todo el protagonismo, además de acaparar el propio sistema político desde hace un cuarto de siglo.

   Es normal que en períodos electorales se recurra a la simplificación y a los estereotipos para hacer llegar el mensaje propio con más claridad, pero sería recomendable que no se exagere esta estrategia, en especial cuando esta será la primera elección presidencial y parlamentaria con votación voluntaria.  No a todo el mundo le gusta un mundo en blanco y negro en que los candidatos se dividen entre los buenos y los malos.  A algunos les gustan los matices de colores, y que los candidatos propongan ideas propias en lugar de atacar los planteamientos de sus contendores ocasionales.

   No se trata sólo de las obviedades, como no destruir la propaganda de la competencia o contratar verdaderos delincuentes como brigadistas, sino de ir construyendo entre todos un sistema político basado en el aporte positivo en vez de las estrategias negativas.    Se trata también que los juicios sobre los otros y sobre la realidad no sea en blanco y negro.  Ni nadie es tan divino que no se equivoque, ni nadie es tan perverso que todo lo haga mal, a propósito y para dañar a los demás,

   Cuando se explican las virtudes de las candidaturas propias en lugar de rebajar al contrincante se atrae a un electorado que adhiere de verdad a los postulantes en lugar de resignarse a votar por el que ha sido menos calumniado.

   Ya somos un país con una idiosincrasia que se basa en destruir a la competencia más que en resaltar los méritos, y si los candidatos siguen esa misma línea de acción se refuerza un código de conducta que no es sano y nos limita seriamente en nuestras posibilidades de desarrollo desde todos los puntos de vista.

   No hay que olvidar que, al final, no va a ganar quien consigue denostar mejor a sus contendores, sino quien atraiga a los locales de votación a más personas, y esa convocatoria sólo se puede hacer en base a una campaña con contenidos reales, novedosa y positiva.


   ¿Es iluso? Seguramente, pero una de las debilidades de nuestra política es que no ofrece sueños.