Politica e Ideas

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Location: Quilpué, Valparaíso, Chile

Soy periodista y comentarista político.

Sunday, March 31, 2013

Mejor yo me voy


            En los ‘80s Los Prisioneros sacudieron la modorra provinciana del país y desafiaron a los que pensaban distinto a ellos diciéndoles “por qué no te vas del país”.   Era decir este país es mío, no me gusta que estés aquí y reclamo mi derecho a gobernarme como quiero.

            Tiempo después, en un disco tributo al grupo ya disuelto, la misma canción fue reversionada por Florcita Motuda, quien cambió el “por qué no te vas” por un “mejor yo me voy del país”, junto a una modificación integral de la letra para quejarse por la falta de espacios de libertad.

            Y ahora resulta que algo de cierto hay en todo esto, según un estudio publicado este domingo por La Tercera, cuando una encuesta internacional de Gallup que arroja que el 13 % de las personas desea emigrar fuera de sus países, en busca de mejores oportunidades.

            Sin embargo, en Chile el porcentaje de las personas que quieren marcharse se empina al 23 %, es decir prácticamente una de cada cuatro personas.   Y este dato resulta más sorprendente si se nos dice que nuestra economía está más sólida que muchas otras en el mundo, que estamos en una condición de pleno empleo.  Algo no calza simplemente.

            Y esa visión queda reforzada por el hecho que se señalen como principales destinos de esta migración a países como Argentina y España, que no están en condiciones económicas boyantes precisamente, y en las que el porcentaje es menor o similar al chileno, de modo que el factor económico no es el único que determina la voluntad de dejar el país de origen y buscar nuevos horizontes.

            Queda entonces por aceptar que hay otros asuntos, fuera del sueldo o del costo de la vida, para que la gente se sienta satisfecha.   Es evidente que el stress, la percepción de inseguridad o las posibilidades de acceso a los bienes y servicios básicos también inciden, pero no hay que descartar que las personas también tengan otro tipo de expectativas, como la cultura, la sensación de permanencia a una comunidad o la aceptación de sus opiniones.

            Se trata de los aspectos subjetivos de la felicidad, sin duda, que no puede ser sometidos a un balance estadístico.   Ya se sabe que el dinero no basta para hacer feliz a la gente, pero quizás sería bueno empezar a pensar qué más se necesita y sobre todo, empezar a promover la atención de las personas en esos otros ámbitos.

Sunday, March 24, 2013

Los Mudos


            ¿Sirve o no sirve tener opinión?   El ex-ministro Enrique Correa ha afirmado que los movimientos sociales no fueron capaces de imponer su agenda a los partidos políticos y que, al final, estos siguen haciendo lo que consideran necesario.   De hecho, se congratula de ello diciendo que ha prevalecido la “institucionalidad”.

            ¿Sirve o no sirve emprender actividades económicas y suponer que, si la democracia política es imperfecta, al menos nos queda la democracia económica que promete el mercado?   Tampoco.   Al menos esa es la conclusión que se extrae del intento del Ejecutivo de acortar los plazos para que el retail pague a sus proveedores, de manera que las pymes tengan la liquidez necesaria para hacerse cargo de sus propios pagos.  Bastó que un empresario dijera que no se puede, así sin mayores razones, para que todo el mundo pusiera el grito en el cielo, pero sin que se lograra cambiar las condiciones en el plazo de los pagos.

            No es lo mismo que las pymes no tengan voz a que los ciudadanos no la tengan.   En el primer caso no hay alternativas para presionar por un cambio en las reglas del juego, pero en el caso de la política sí hay herramientas, ya que siempre se cuenta con el voto y con el impacto que las movilizaciones sociales tienen en la opinión pública, que es la que al final determina las decisiones electorales del conjunto de la sociedad.

            Incluso si se aceptara que la agenda de los partidos políticos ha prevalecido sobre la de los movimientos sociales, aceptando de paso que el diálogo entre estos dos grupos de actores ha terminado, es cosa de ver el grado de apoyo de la opinión pública a las causas promovidos por los movilizados y el porcentaje de adhesión a los partidos políticos.  1 + 1 = 2, y la afirmación de Enrique Corre pierde todo sustento.

            En cuanto a la economía, no se puede desmentir que los consumidores sí tienen capacidad de presión para obtener cambios, cuando se organizan por un objetivo común, lo cual es de difícil ocurrencia, pero las pymes carecen como tales de los instrumentos para obtener un mejor trato, lo cual resulta curioso porque las pymes son, al mismo tiempo, consumidores y ciudadanos.   Es decir que cuando las personas que impulsan las pymes actúan de acuerdo a otro rol, consiguen más resultados.

            Se trata entonces, simplemente, que encuentren la forma de superar su mudez, actuando por medio de sus otros roles.   ¿Pueden boicotear a las empresas del retail que los asfixian?  Claro que sí, es un riesgo, pero la imaginación sirve para superar los obstáculos.  Si las puertas están cerradas, se puede entrar por la ventana.

Saturday, March 16, 2013

Volver


            Ni siquiera ha anunciado que acepta ser candidata a la Presidencia de la República, pero el solo anuncio de que Michelle Bachelet ha presentado su renuncia a ONU-Mujer ha causado tal revuelo en las redes sociales y la prensa, tal entusiasmo de sus adherentes, que parece olvidarse un pequeño detalle: Aún falta que se realicen las elecciones.

            La confianza de los concertacionistas se basa en que la popularidad de la ex-Presidenta parecería garantizarles un triunfo seguro en las presidenciales, pero nuevamente olvidan algunas cosas.

            En primer término, que el piso electoral de la Derecha es mayor que el respaldo del actual Gobierno; luego, que las encuestas indican popularidad pero no necesariamente intención de voto; que hasta ahora, por lo menos participará también Marco Enríquez-Ominami (no es el mismo de hace 4 años atrás, pero algo de votación le quita a la Concertación); tercero, que las posibilidades de cuestionar a una persona que ya ha sido Presidenta son mucho mayores que los ataques posibles a un candidato sin pasado; y, por último, que el triunfo electoral es más una expresión de deseos que un cálculo objetivo de las posibilidades.

            También hay que considerar que el Chile del 2013 no es el mismo Chile del 2009.  Para comenzar, las redes sociales muestran una ciudadanía que, parafraseando a Parra, no es de Derecha ni de Izquierda, sino todo lo contrario, y que está siendo ya capaz de pautear la agenda de los medios de comunicación.   Estas personas pueden poner en el tapete del debate temas que le incomodan a la Concertación, y esos son votos que hay que restar.

            Por otro lado, a pesar de la falta de empatía del actual Presidente, es innegable que ha tenido sus méritos, sobre todo en cuanto al desarrollo económico, y ya se sabe que en un país estable en el que los conflictos sociales pueden ser disimulados y se ha producido el surgimiento de una generación de aspiracionales, la promesa de mejorar la situación individual es un elemento atractivo para una campaña electoral.

            Finalmente, suponiendo que el candidato de la Derecha es Golborne, hay que tomar en cuenta que la UDI ha demostrado su habilidad para penetrar los sectores populares.  No en vano es el partido más votado, mientras que la Concertación parece haber perdido el encanto, el contacto con las bases y muestra siempre una preocupante tendencia a las disputas internas.

            No es tan fácil para Michelle Bachelet, como pudiera pensarse, pero el entusiasmo de sus partidarios es comprensible.

Saturday, March 09, 2013

La construcción del mito


            Originalmente el mito se refiere a la narración transmitida por la vía oral acerca de las proezas o desgracias de dioses u otro tipo de entidades cuya existencia no se puede verificar pero que permiten explicar el origen de las cosas.   A medida que una civilización cuenta con una mayor cantidad de mitos, más compleja es su comprensión del mundo y más rica su cultura.  Los mitos hacen bien, entonces.

            Sin embargo, también es posible construir mitos en estos tiempos en los que la transmisión oral de las historias ha sido reemplazada hace mucho por la escritura y está reforzada además por los medios de comunicación y últimamente por las redes sociales, ya por la vía escrita.

            En este caso, se requiere que la formación espontánea de la historia y la asignación social de su relevancia -que es la que le permite al mito su transmisión generación tras generación- sea sustituida por una “voz oficial” que le dice a la comunidad en la que se quiere insertar el mito, que convence a las personas de la necesidad de asignar al personaje o hecho un lugar especial en la historia y adopta las medidas para que no se cuestionen sus afirmaciones.

            Ya sabemos que no hay muerto que no sea bueno, pero cuando se trata de promover un mito, la prudencia que se observa al momento del fallecimiento de cualquiera suele perder espacio frente a la exageración, que de todos modos se requiere para reafirmar el mito.

            El personaje mitificado no cometió errores ni pecó, siempre quiso lo mejor para todos y se le presenta como un modelo que todos deben seguir.  Se borra de su currículo cualquier mancha y se le saca lustre a sus méritos porque, si la historia no es perfecta, hay que reescribirla.

            El problema es que, detrás de todos estos esfuerzos comunes a los nuevos mitos de todo tipo -políticos, religiosos, culturales, etc.- no está el sincero propósito de contribuir, como era en los mitos originales, a la formación de una cosmovisión de las sociedades sino que se trata de imponer determinada ideología y se carece de la espontaneidad que determinaba en la antigüedad cuáles eran los mitos que se conservarían en el tiempo.

            Cuando los mitos son impuestos, su perduración es feble y depende, en definitiva, sólo de la capacidad de sus promotores de seguir forzando la verdad a su amaño.  El mito no permite el cuestionamiento y cuestionar las verdades siempre ha sido el mejor camino para el progreso de las comunidades.   Sólo los años dirán cuáles de los mitos modernos son los que sobrevivirán la prueba del tiempo.

Sunday, March 03, 2013

Los imprescindibles


            En estos días tres noticias han llamado la atención: Dos muertes, las de Adolfo Zaldívar y la del sindicalista Juan Pablo Jiménez; y una elección, la italiana, en la que el actor y cómico Beppe Grillo logró, con su Movimiento Cinco Estrellas, ocupar la tercera posición, superando al presidente saliente Mario Monti y haciéndose imprescindible para la conformación del nuevo gobierno

            Cada cual, a su modo, ha sacudido consciencias por sus obras o su testimonio de vida y ha hecho pensar que sí es posible lograr los cambios políticos y sociales que tanto se anhelan.   Su suerte ha sido también distinta, pero no es eso lo que interesa destacar sino el hecho que un solo hombre (o mujer), con la suficiente convicción y decisión, puede ser significativo, lo que desmiente aquello de que no es posible modificar el sistema.

            Es posible que al final, quienes detentan el poder vuelvan a tener la capacidad para mantener las condiciones de la forma en que les acomoda, pero si cada vez surgen más personas con la destreza para movilizar a una ciudadanía necesitada de alguien que sólo toque la campana para ponerse en marcha es una prueba de la habilidad de la propia política para reconvertirse a sí misma.

            Puede ser una ilusión.  Claro que sí, pero es una ilusión que enciende esperanzas y con las esperanzas actuando cambia la disposición de la gente para bregar por la tarea de avanzar en el mejoramiento de sus condiciones de vida.   Con personas como Zaldívar, Jiménez y Grillo cobra sentido la manida frase de Bertold Brecht: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

            Después de tanto tiempo repitiendo esta cita como un mantra resulta bueno encontrarse con gente que sí se pueden calificar como “imprescindibles”.  Independientemente de que se esté de acuerdo con ellos o no, su sola existencia o su legado son una señal que reaviva confianzas y su paso debería generar gente deseosa de seguir su ejemplo.

            Es importante, al mismo tiempo, decir que los sueños colectivos, las utopías en definitiva, parten con una sola persona que dice en voz alta lo que todos piensan, que dan el primer paso solos, sin saber si alguien los seguirá.  Ese acto de valentía es el que permite comprobar si las sociedades están maduras para evolucionar, más allá de las sesudas reflexiones filosóficas de gente que no pone un pie en la calle.   Cuando la acción refleja un estado social, la persona que da el primer paso se convierte en ese “imprescindible”.  Puede ser cualquiera, pero es solo uno y es el que completa el puzzle.